No pretendo transformar el Blog en un lugar de crónicas musicales. Ya hay muchos, y algunos de gran calidad. Simplemente me apetece teclear sobre la influencia de esta grabación en mi vida... si queréis, llamadlo crónica alternativa.
Mi nombre bien podría aparecer en una de las cruces como una de las muchas "víctimas" del álbum
Tal vez el hablar sobre este disco sea algo previsible. Uno de las grabaciones más famosas (para muchos la mejor) de una de las bandas más conocidas del panorama Metal. Hoy en día que está tan de moda entre los extremos el renegar de cualquier grupo que haya alcanzado cierta fama, hablar de Kirk Hammett como el peor ser vivo que haya osado acercarse jamás a una guitarra, despotricar sobre los adoptados por San Francisco como la vergüenza de la música, no parece la mejor idea... Bueno, si tuviese en cuenta las tendencias, casi que invertiría los colores de fondo y tipo de letra de La Zancada Metálica, no?
Si, Master of Puppets irrumpió en casa una tarde de verano. Mi prima Valle nos avisó de que iba a venir de visita, y que quería hacernos un regalo a mi hermano y a mi. Sabía lo que nos gustaba la música, y que con 14 y13 años que contábamos cada uno ya llevábamos 3 vueltas al sol jugando a ser heavies, así que nos preguntó expresamente por qué lps queríamos incorporar a nuestra incipiente discoteca. Escogimos uno cada uno, pero llegando a un consenso de forma que ambos pudiésemos disfrutar de los obsequios. Mi hermano pidió Tierra de Nadie de Barón Rojo, y yo me envalentoné a decir "el nuevo de Metallica".
Digo que me envalentoné pues de Metallica sólo había escuchado una cinta de cassette que le habían dejado a mi hermano, con, supuestamente, algún tema de Ride The Lightning... repito, supuestamente, pues a nosotros, que como niños que éramos y empezábamos con la música dura, sólo nos llegaban las clásicas melodías de Iron Maiden, Scorpions, Saxon, los mencionados Baron, Obús... y aquella escucha pirateada no nos pareció algo distinto a lo que nuestros oídos acostumbraban a disfrutar (haciendo retrospectiva, tal vez era una grabación de Fade to Black). Aparte de aquella canción y de leer en un Heavy Rock que Metallica tenía nuevo disco, nada más sabía del cuarteto Thrash... bien, ni del cuarteto, ni del Thrash, ni de casi nada de nada.
Nunca olvidaré la primera escucha. Quedaría como el elegido del metal si contase que al empezar la parte rápida de Battery comprendí la verdad de la música y decidí vender mi alma al Diablo para sonar como el Mesa Boogie de Hetfield, pero no fue así. Al escuchar la parte de guitarra clásica del corte que abre el disco no entendía muy bien de qué iba todo eso, pero al cabo de unos segundos descubrí con horror lo que era la ecualización Thrash. Llegamos hasta el final de Master of Puppets (el tema, no el disco completo)... lo que viene decir: escuchamos 2 canciones. Y eso haciendo acto de valor y entereza. Al levantar la aguja del tocadiscos (entonces no tenía nada de vintage tener uno), declaramos muy serios una frase que hoy me hace reir: "Bueno... así podemos decir que tenemos un disco que si que es ruido...!!!". Había toda declaración de principios ahí! jajaja! No hacíamos más que escuchar que si el Heavy no era música, que si esos melenudos no sabían tocar y por eso acababan en ese estilo, que si gritos, que si bla bla bla!!! A nosotros lo que escuchábamos habitualmente nos parecía duro, sin duda! Pero reconocíamos la melodía, disfrutábamos de ella, y dábamos por seguro de que la verdad era nuestra! Al escuchar algo menos de 15 minutos del Master, pensamos que la verdad absoluta no existía... de momento...
... si... de momento... porque al cabo de un rato, aun con el regusto amargo del primer intento de audición, no sé bien como ni porqué, me vino a la mente una cosa que tiempo después sabría que se llamaba Riff... si, una "musiquilla" de esas que se te mete en la cabeza y te intranquiliza al no saber de donde ha salido... no fue muy difícil pensar en que debía ser algo de aquel regalo explosivo, así que volví a poner el vinilo sobre el plato, y a identificar al culpable de mi desasosiego. No tardé mucho en encontrarlo: El Riff que suena bajo el Come crawling faster, obey your Master. Empecé a escuchar aquello en bucle para mayor desgaste del diamante falso de nuestro barato tocadiscos. Sólo aquel fragmento. No sabía describirlo entonces, ni ahora, 30 años después. Si, podía identificar algo similar a la melodía, pero no era como lo que nuestros Británicos favoritos solían interpretar. Había algo malo, sucio y peligroso en aquellas notas, algo que sabías que no estaba bien. Me sentía como un niño mirando por un agujero oculto que daba visión directa a un vestuario de chicas adolescentes, sabiendo que no está bien, sin entender muy bien la imagen, pero cerrando un ojo y pegando el otro al furtivo mirador una y otra vez.
Al cabo de unos días decidí armarme de valor y meterme en el vestuario de las chicas dando una patada a la puerta, o lo que venía a ser lo mismo para mi, intentar ponerme el álbum al completo. Con la referencia del riff mencionado en mente, no puedo decir que disfrutase totalmente de la audición, pero si empecé a identificar más partes que también molaban. Ahora si... al cabo de un par de semanas, si que lo tenía claro. Jamás me atrevería a mirar por un agujero de ningún vestuario femenino, pero adoraba a aquellos melenudos con los que, a juzgar por la imagen de la contraportada, no querría encontrarme en el metro de camino a Montbau para ir al instituto. Si! No sólo les quería, si no que quería ser como ellos!!!
Aproveché el verano para dejar que mi pelo sirviese de calendario, diciéndole a mi madre que ya me daría el tijeretazo antes de empezar segundo de FP (alargué el momento 3 años). De paso me hice con unos tejanos elásticos que acompañasen a las camisetas que ya atesorábamos, y volví al cole como un gracioso intento de metalero preadolescente. No podía dejar de contar a mis allegados mi descubrimiento veraniego! Mientras la gran mayoría de los demás chicos ya fanfarroneaban con la cantidad de novias que habían dejado llorando en los puertos de sus respectivos pueblos, yo sólo podía presumir de haber sido conquistado por 4 veinteañeros macarras. De momento no les envidiaba!
Los que compartáis mi cuarentena sabéis muy bien que entonces TODO llegaba con cuentagotas. Ahora con un golpe de ratón tienes un millón de mp3 que oir (y no escuchar). Entonces había que ahorrar y mucho o tener una prima generosa para hacerse con un disco, y con el no siempre agradecido riesgo de si te gustaría o no. No hace falta decir que amorticé hasta la quiebra de Music for Nations la producción de Flemming Rasmussen, y hasta la llegada del Among The Living de Anthrax a mi colección, la voz de Hetfield monopolizaba mis sesiones auditivas. Durante las siguientes 3 décadas, con variaciones de intensidad, Master of Puppets nunca se bajó del pódium de mis 3 discos favoritos.
No voy a compararlo con lps anteriores, posteriores, los viajes de Metallica por el Mainstream... Master of Puppets es una materia transversal en mi vida, adornando buenos y malos momentos de mi existencia. Hay recuerdos imborrables para cada canción... Luz de bombilla solitaria y olor a transistor caliente y a Fast Fret mientras aprendía a tocar el inicio de Battery a la par que el disco... El RIFF mencionado de Master of Puppets mientras se lo ponía por teléfono a un colega esperando que flipase tanto como yo... El caminar por el túnel de la salida de metro de Vallcarca dando pisadas fuertes de elefante al ritmo de las guitarras percutantes de The Thing that should not be sonando en el walkman (ya me lo había pasado a cinta!!!)... todos los pelos de mi cuerpo erizándose al ir viviendo como nunca la intensidad creciente de Sanitarium, allí, tirado en mi cama... Un sueño en el que estaba metido en una trinchera mientras sonaba Disposable Heroes... ir de nuevo con el walkman puesto mientras un autocar me transportaba a mi y a todo mi curso de segundo de FP a una masía como viaje de fin de curso y preguntándome como se podía conseguir el sonido de guitarra en Leper Messiah... el parapetarme en la colección de frases de guitarra inmortales que es Orion durante ese mismo "viaje" y así anestesiarme anímicamente al confirmar que mi amor platónico (éste si, en forma de chica) seguiría siendo platónico... el preguntarme en un trayecto en coche a visitar a la familia de mi madre sobre como conseguían que la guitarra hablase en el solo de Damage Inc...
...y ya bastante pesado me he puesto como para enumerar situaciones asociadas al Master completo... tan pesado como esa sexta bajada a RE en The Thing... que hacía que bajo mis pasos la estación de Vallcarca retumbase más que al paso de todos los vagones del día.
Si, Master of Puppets irrumpió en casa una tarde de verano. Mi prima Valle nos avisó de que iba a venir de visita, y que quería hacernos un regalo a mi hermano y a mi. Sabía lo que nos gustaba la música, y que con 14 y13 años que contábamos cada uno ya llevábamos 3 vueltas al sol jugando a ser heavies, así que nos preguntó expresamente por qué lps queríamos incorporar a nuestra incipiente discoteca. Escogimos uno cada uno, pero llegando a un consenso de forma que ambos pudiésemos disfrutar de los obsequios. Mi hermano pidió Tierra de Nadie de Barón Rojo, y yo me envalentoné a decir "el nuevo de Metallica".
Digo que me envalentoné pues de Metallica sólo había escuchado una cinta de cassette que le habían dejado a mi hermano, con, supuestamente, algún tema de Ride The Lightning... repito, supuestamente, pues a nosotros, que como niños que éramos y empezábamos con la música dura, sólo nos llegaban las clásicas melodías de Iron Maiden, Scorpions, Saxon, los mencionados Baron, Obús... y aquella escucha pirateada no nos pareció algo distinto a lo que nuestros oídos acostumbraban a disfrutar (haciendo retrospectiva, tal vez era una grabación de Fade to Black). Aparte de aquella canción y de leer en un Heavy Rock que Metallica tenía nuevo disco, nada más sabía del cuarteto Thrash... bien, ni del cuarteto, ni del Thrash, ni de casi nada de nada.
Nunca olvidaré la primera escucha. Quedaría como el elegido del metal si contase que al empezar la parte rápida de Battery comprendí la verdad de la música y decidí vender mi alma al Diablo para sonar como el Mesa Boogie de Hetfield, pero no fue así. Al escuchar la parte de guitarra clásica del corte que abre el disco no entendía muy bien de qué iba todo eso, pero al cabo de unos segundos descubrí con horror lo que era la ecualización Thrash. Llegamos hasta el final de Master of Puppets (el tema, no el disco completo)... lo que viene decir: escuchamos 2 canciones. Y eso haciendo acto de valor y entereza. Al levantar la aguja del tocadiscos (entonces no tenía nada de vintage tener uno), declaramos muy serios una frase que hoy me hace reir: "Bueno... así podemos decir que tenemos un disco que si que es ruido...!!!". Había toda declaración de principios ahí! jajaja! No hacíamos más que escuchar que si el Heavy no era música, que si esos melenudos no sabían tocar y por eso acababan en ese estilo, que si gritos, que si bla bla bla!!! A nosotros lo que escuchábamos habitualmente nos parecía duro, sin duda! Pero reconocíamos la melodía, disfrutábamos de ella, y dábamos por seguro de que la verdad era nuestra! Al escuchar algo menos de 15 minutos del Master, pensamos que la verdad absoluta no existía... de momento...
... si... de momento... porque al cabo de un rato, aun con el regusto amargo del primer intento de audición, no sé bien como ni porqué, me vino a la mente una cosa que tiempo después sabría que se llamaba Riff... si, una "musiquilla" de esas que se te mete en la cabeza y te intranquiliza al no saber de donde ha salido... no fue muy difícil pensar en que debía ser algo de aquel regalo explosivo, así que volví a poner el vinilo sobre el plato, y a identificar al culpable de mi desasosiego. No tardé mucho en encontrarlo: El Riff que suena bajo el Come crawling faster, obey your Master. Empecé a escuchar aquello en bucle para mayor desgaste del diamante falso de nuestro barato tocadiscos. Sólo aquel fragmento. No sabía describirlo entonces, ni ahora, 30 años después. Si, podía identificar algo similar a la melodía, pero no era como lo que nuestros Británicos favoritos solían interpretar. Había algo malo, sucio y peligroso en aquellas notas, algo que sabías que no estaba bien. Me sentía como un niño mirando por un agujero oculto que daba visión directa a un vestuario de chicas adolescentes, sabiendo que no está bien, sin entender muy bien la imagen, pero cerrando un ojo y pegando el otro al furtivo mirador una y otra vez.
Al cabo de unos días decidí armarme de valor y meterme en el vestuario de las chicas dando una patada a la puerta, o lo que venía a ser lo mismo para mi, intentar ponerme el álbum al completo. Con la referencia del riff mencionado en mente, no puedo decir que disfrutase totalmente de la audición, pero si empecé a identificar más partes que también molaban. Ahora si... al cabo de un par de semanas, si que lo tenía claro. Jamás me atrevería a mirar por un agujero de ningún vestuario femenino, pero adoraba a aquellos melenudos con los que, a juzgar por la imagen de la contraportada, no querría encontrarme en el metro de camino a Montbau para ir al instituto. Si! No sólo les quería, si no que quería ser como ellos!!!
Aproveché el verano para dejar que mi pelo sirviese de calendario, diciéndole a mi madre que ya me daría el tijeretazo antes de empezar segundo de FP (alargué el momento 3 años). De paso me hice con unos tejanos elásticos que acompañasen a las camisetas que ya atesorábamos, y volví al cole como un gracioso intento de metalero preadolescente. No podía dejar de contar a mis allegados mi descubrimiento veraniego! Mientras la gran mayoría de los demás chicos ya fanfarroneaban con la cantidad de novias que habían dejado llorando en los puertos de sus respectivos pueblos, yo sólo podía presumir de haber sido conquistado por 4 veinteañeros macarras. De momento no les envidiaba!
Los que compartáis mi cuarentena sabéis muy bien que entonces TODO llegaba con cuentagotas. Ahora con un golpe de ratón tienes un millón de mp3 que oir (y no escuchar). Entonces había que ahorrar y mucho o tener una prima generosa para hacerse con un disco, y con el no siempre agradecido riesgo de si te gustaría o no. No hace falta decir que amorticé hasta la quiebra de Music for Nations la producción de Flemming Rasmussen, y hasta la llegada del Among The Living de Anthrax a mi colección, la voz de Hetfield monopolizaba mis sesiones auditivas. Durante las siguientes 3 décadas, con variaciones de intensidad, Master of Puppets nunca se bajó del pódium de mis 3 discos favoritos.
No voy a compararlo con lps anteriores, posteriores, los viajes de Metallica por el Mainstream... Master of Puppets es una materia transversal en mi vida, adornando buenos y malos momentos de mi existencia. Hay recuerdos imborrables para cada canción... Luz de bombilla solitaria y olor a transistor caliente y a Fast Fret mientras aprendía a tocar el inicio de Battery a la par que el disco... El RIFF mencionado de Master of Puppets mientras se lo ponía por teléfono a un colega esperando que flipase tanto como yo... El caminar por el túnel de la salida de metro de Vallcarca dando pisadas fuertes de elefante al ritmo de las guitarras percutantes de The Thing that should not be sonando en el walkman (ya me lo había pasado a cinta!!!)... todos los pelos de mi cuerpo erizándose al ir viviendo como nunca la intensidad creciente de Sanitarium, allí, tirado en mi cama... Un sueño en el que estaba metido en una trinchera mientras sonaba Disposable Heroes... ir de nuevo con el walkman puesto mientras un autocar me transportaba a mi y a todo mi curso de segundo de FP a una masía como viaje de fin de curso y preguntándome como se podía conseguir el sonido de guitarra en Leper Messiah... el parapetarme en la colección de frases de guitarra inmortales que es Orion durante ese mismo "viaje" y así anestesiarme anímicamente al confirmar que mi amor platónico (éste si, en forma de chica) seguiría siendo platónico... el preguntarme en un trayecto en coche a visitar a la familia de mi madre sobre como conseguían que la guitarra hablase en el solo de Damage Inc...
...y ya bastante pesado me he puesto como para enumerar situaciones asociadas al Master completo... tan pesado como esa sexta bajada a RE en The Thing... que hacía que bajo mis pasos la estación de Vallcarca retumbase más que al paso de todos los vagones del día.
Hola, Zancada!
ResponderEliminarCómo disfruto leyéndote siempre que hablas de música, hasta me has hecho escuchar el disco! :-)
Sin duda, la mejor cura para el alma, yo tampoco puedo imaginarme la vida sin ella.
!Qué suerte tuviste también en tu adolescencia de compartir esta pasión con tu hermano, no?!
En fin, a la espera de más crónicas musicales o vitales un abrazote!
Dona Invisible.
Dona Invisible, que te haya despertado la curiosidad por escuchar el disco es el mayor de los cumplidos! Descuida, que seguiré tratando estos temas, ya que para mi, son realmente vitales! Un abrazo!!!
ResponderEliminarDe esto tenemos que haber hablado ya tú y yo, ¿verdad? Porque para mi también el Master of Puppets supuso un antes y un después, y precisamente estos días lo he recuperado después de un tiempo largo sin escucharlo y me ha vuelto a enganchar con la misma fuerza con que me atrapó allá por 1986 u 87... Como tan bien has descrito en aquellos días de escasez las cosas llegaban con cuentagotas y, no es por nada, pero si era así en Barcelona, no quieras imaginar lo que era Azuaga en ese aspecto jajjaja
ResponderEliminarPor aquellos días había un chaval canadiense que estaba en el pueblo de vacaciones, era verano, y que no sabía ni palabra de español. Nosotros, un par de amigos y yo, tratábamos de entablar conversación con él con nuestro incipiente y palurdo inglés y algo conseguimos porque acabamos escuchando música juntos. Le poníamos Iron Maiden y le gustaba, lo mismo con Black Sabbath o con Led Zeppelin, así que todo iba bien y logramos basar una amistad, pero él volvía una y otra vez a una cantinela que, con el tiempo se convirtió en una frase de esas de complicidad y diversión entre los iniciados: Metallica is the best!!, repetía una y otra vez nuestro amigo canadiense sin que nosotros supiéramos a quienes se refería o si eso de 'metxalicaaa' era una manera de decir 'jevy' en su lejana y misteriosa tierra...
Pasó el tiempo y al poco, en un viaje a Sevilla creo recordar, convencí a mis padres para que se estiraran un poco y me permitieran comprar un disco. Me dirigí todo feliz a la sección de discos de El Corte Inglés y, de pronto, maravilla, vi un disco-picture (en aquel momento no sabía cómo carajo se llamaba un disco 'pintado', pero ninguno teníamos algo parecido y lo que iba a fardar sería antológico) en el que aparecía aquella palabra: Metallica, sobre un cementerio... Un disco pintado de Metallica tenía que ser algo grande así que me decidí por él sin haber escuchado nunca nada de ellos, claro...
Cuando llegué a casa y lo pinché en mi nada vintage (jajjaja) tocadiscos, sufrí un susto de muerte: aquello empezaba como flamenco, joder, eso era... ¡¡flojo!! Afortunadamente, al poco entraban las primeras notas potentes de Battery y, todavía hoy, ahora mismo mientras escribo esto, se me ponen los vellos de punta al recordar el subidón que me dio: joder, aquello SÍ que era potente, aquello SÍ que era caña burra, aquello SÍ que atronaba... Buuuff, fue amor a primera escucha y desde entonces, hasta hoy... Ya que tú no lo has hecho, no entraremos a valorar lo de después y demás, pero ¡¡¡cuánto me gusta el Master y cuánto me ha gustado esta entrada!!!
Y paro que te voy a superar en extensión y eso queda feo yendo de invitado en tu blog jajjaja!!!
Un abrazo!!!
Jajajajaja! Me encantaría que los comentarios de los lectores superasen a mis textos! Y mira que no lo pongo fácil! Entre eso y casos como los de Dona Invisible, que escucha el disco para ver de qué hablo, me siento ganador del Pulitzer! Tengo curiosidad de una cosa... Como pronunciaría Juan Carlos por aquel entonces Metallica??? Seguro que hablamos del tema en cuestión... seguramente, cuando, ni mucho menos, habían pasado 31 años de su estreno en los estantes de las tiendas! Un abrazo!!! Wassail!!!
ResponderEliminarBueno, los problemas de Juan Carlos llegaron realmente con crarleorfiz jajjajaja Con Mechalika todavía se defendía jajjjajaja
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