Hay preguntas totalmente inadecuadas. Llegar a un velatorio y saludar con un "Hola, qué tal?", preguntar a alguien que lleva 2 semanas a pan y agua en una operación verano exprés "cuando empiezas la dieta?", llegar al lugar de un accidente de tránsito y soltar "todo bien?"... Quiero pensar que en la mayoría de casos esas formulaciones fuera de lugar son fruto del nerviosismo propio de inquisidor, del desconocimiento de las circunstancias, pero los engranajes del cerebro humano tienen movimientos misteriosos, y en ocasiones esas interrogantes fuera de lugar son totalmente meditadas. Yo fui víctima de ello, y no una, sino infinidad de veces, y con la misma circunstancia!
Hace 13 años, en plena soltería y soledad humana, solamente comprometido con el Metal y las 2 ruedas, con o sin motor, decidí hacer realidad uno de mis sueños. Como suele ser mi caso, era uno modesto aunque no por ello fácil. Motero empedernido desde que vi a Sito Pons montado en una JJ Cobas, me hice con mi primera moto en cuanto tuve edad legal para llevarla (gracias al esfuerzo de mis padres, todo sea dicho) y fui quemando etapas hasta hacerme con una BMW F650GS allá por el año 2000. Claro que me hubiese gustado ir a Cabo Norte con ella, pero mi objetivo estaba bastante más cerca y al alcance del bolsillo: Asturias.
Si! Quería ir a Asturias y dejar la huella de los Dunlop que se calzaba mi amiga roja por la cinta de asfalto revirado y las carreteras de montaña que atraviesan esa preciosa zona de la península. Así lo hice en septiembre del 2004.
El viaje empezó haciendo ignición del monocilíndrico a las 6 de la mañana y, como no, del tirón, llegué a la Casa Rural en la que había reservado una habitación. Aquellos días y aquel entorno superaron con mucho mis expectativas. Para colmo de bienes, ni siquiera llovió! Que digo No Llovió... hizo unos días radiantes que me hicieron quemar mucha más gasolina de la que tenía inicialmente prevista! Fueron unos 1000 kms desde Barcelona, 2000 por allí, y 1000 más de regreso a casa. Eso durante 5 días! Recuerdo que llegué a casa moviendo la moto como si fuese parte de mi cuerpo y con una facilidad insólita en alguien de mis torpes habilidades.
Durante los días Asturianos, a parte de visitar un montón de sitios recomendados por Pedro y Marga, el ENCANTADOR matrimonio que regentaba la casa rural, como ciclista apasionado que era entonces no pude dejar de visitar Lagos de Covadonga y el Angliru, 2 metas míticas de la vuelta ciclista a España. En ambas realmente quedé absorbido por la belleza de esas carreteras y parajes. El Angliru me gustó tanto que cuando llevaba media bajada me di la vuelta y volví a ascender por aquellas interminables rampas a las que la televisión no hacían justicia. No voy a entrar a hablar sobre pueblecitos pescadores, Faros de película, naturaleza y más naturaleza... Fantástico!
Me quedaba una jornada completa y decidí moverme por una zona relativamente cercana a mi campo base... Bueno... siempre iba a sitios "relativamente cercanos" y acababa pegado todo el día al manillar. Visité Laredo, el mirador de El Fito, El Puerto de Pajares... y ya tranquilamente, atravesar las carreteras del Parque de Redes para volver a la que fue mi casa durante unos días. Fue entonces cuando tuve el único percance del viaje... el único, que pudo ser el último!
Si habéis visitado tierras Asturianas sabréis muy bien que el que puedas encontrarte a más animales que a vehículos en un determinado trayecto no es nada extraño. Yo me encontré en la carretera y "circulando" en cualquier sentido, a todo tipo de ganado ovino, bovino, equino...y a varios ejemplares de la fauna salvaje (no, a ningún oso). Fue por eso que, cuando al encarar una recta y encontrarme a 2 caballos, cada uno pastando en ambos márgenes del asfalto, no me sorprendí ni un ápice. No por ello me confié, claro! Solté el puño del gas y frené un poco para evitar sustos con la intención de volver a acelerar una vez sobrepasada la línea de la caballería. Cual chiste de Eugenio, había un caballo blanco y otro negro (bueno... Eugenio hablaba de ovejas). Al llegar la línea de meta imaginaria que se trazaba entre ambos jamelgos, el negro decidió emular a sus amigos del Grand National y empezó a correr por el arcén, en mi mismo sentido. La imagen, vista desde fuera, debía ser idílica, de anuncio de Repsol! Caballo mecánico contra uno de carne y hueso corriendo al unísono atravesando un parque natural! Se me saltan las lágrimas de la emoción al verme como espectador! ... pero como motorista, el tener al cuadrúpedo corriendo 2 metros a mi derecha no me hacía ninguna gracia.
Pensé en 2 opciones: La primera, más icónica y varonil, consistía en dar gas a fondo y dejar atrás al peligro a golpe de puño derecho. Me imaginé a mí mismo levantando rueda mientras dejaba al animal alucinado en el arcén, girándome e increpándole "esto son caballos, y no tú, intento de mulo!!!"... dejé de imaginármelo porque era algo de lo más estúpido! La segunda, soltar gas del todo, frenar ligeramente, y dejarle distancia al envalentonado animal. No la visualicé tan radical como la primera, pero si como mucho más prudente, así que procedí. El animal ganó unos 3 metros de ventaja. Pensé que pasaba el peligro pero, supongo que a modo de agradecimiento, o por una llamada de la naturaleza, decidió que los caballos mecánicos de mi motor y él debían abrazarse en una comunión de corceles... Ante la atónita mirada que atravesaba a las gafas de motocross, mi amigo decidió convertirse en un caballo de batalla y hacer lo peor que podía hacer... girar 90 grados y atravesar la carretera, os lo recuerdo... 3 metros delante mío!
Todo lo que os estoy contando pasó en un segundo... un segundo que ya me resultaba demasiado para pensar en lo que estaba pasando! No podía creerlo ni tenía tiempo para meditar sobre ello! Clavé los frenos con la dosificación inconsciente que hacen los motoristas para no irse al suelo por derrape simultaneo de ambas ruedas, maldije el día en el que dije NO al vendedor del concesionario que me ofreció el ABS de serie, y, como no podía ser de otra manera, impacté de pleno con el flamante animal! De pleno es DE PLENO. Un choque "perfecto", totalmente perpendicular al caballo, faro de la BMW contra el centro geométrico de su tronco. Demonios! Seitan!!! Noté como la rueda trasera se levantaba! Iba a salir disparado y a llegar a la casa rural como Superman? No! No se ni como, pero choque aparte la cosa casi no fue a mayores! Supongo que logré frenar la moto lo suficiente para que el momento lineal fuese más absorbido por las costillas del improvisado Babieca que no por mi cuerpo serrano. Hubo un momento en el que incluso pensé que era capaz de sostener la moto en pie, pero a tanto no llegó mi pericia!
Mi recién declarado enemigo, con un gesto bastante maltrecho, llegó al arcén contrario donde se detuvo mientras, su colega el caballo blanco, había acudido en su ayuda! Si! No os lo perdáis! Los caballos hacen uso del corporativismo, de la solidaridad, o como queráis llamarlo!!! Llegó casi al galope, se paró al lado del protagonista y empezó a relincharme con mal genio!!! Joder...!!! Lo que me faltaba! Había estado a punto de dejar mi impronta en un parque natural en forma de corona de flores atada a un árbol y ahora tenía que aguantar los improperios de Rocinante??? Pues no me puso de mala leche! Entre el shock que llevaba y el cabreo, empecé a gritarle al ejemplar blanco, con tanta fuerza que casi se me sale el casco! ... y creedme, el cuatro patas se calló, se dio media vuelta, y con mi nuevo enemigo, se largaron del lugar, uno más elegante que el otro... así, como si no hubiese pasado nada, sin hacer más que intentar matarme para luego relincharme, sin parte amistoso ni nada!!!
Imagen extraída de mi mente del animal implicado en los hechos cuando me hablan de él
Ahí me quedé en el centro de una carretera donde, fugados de un hipódromo aparte, no me había cruzado con nadie! Intenté levantar la moto varias veces sin éxito... el tembleque de mis piernas por el subidón de adrenalina de hacía un rato tampoco ayudaba. Por suerte a los 10 minutos apareció una furgoneta con 3 tipos que bien podrían haber cargado con un caballo a la espalda cada uno. Me ayudaron a levantar a mi montura no sin preguntarme por mi incidente... Pobres... uno de ellos se quemó con el tubo de escape... ayuda tú para eso...
Hice una rápida inspección visual de la moto. Aparentemente no tenía gran cosa... el faro medio colgando, alguna rascada en el manillar...pero nada más! Pensé que no podía ser! Que pasaría algo agorero como aquellas leyendas urbanas de quien tuvo un accidente de moto, no le pasó nada, y cuando llegó a casa y se quitó el caso se quedó con el tarro dentro... Seguro que la moto guardaba alguna rotura mortal que se manifestaría durante el largo viaje de vuelta que tenía al día siguiente!
Llegué a la casa rural y como si estuviese en un guion de cine, habían recibido visita de un amigo que había trabajado en una fábrica de motos, con lo cual, y tras el susto de verme llegar con el faro apuntando a Cuenca, se ofreció a ayudarme. En cuestión de un rato teníamos a la FGS con una apariencia extrañamente perfecta! No hace falta decir que me pasé el viaje de vuelta pensando en que, en cualquier momento, la rueda delantera tomaría su propio camino, o que la horquilla estaba destinada a partirse a 160 por hora, que el motor decidiría adelantarme... En cada parada de repostaje hacía más inspecciones que un cirujano cardíaco. Nada! Llegué a Barcelona sano, salvo, y con gran anécdota que contar!
Vaya si lo hice! Sabéis como me sentía? Recordáis la escena de Pulp Fiction en la que un tipo sale del baño, donde se ha ocultado, vacía un cargador disparando hacia Travolta y Samuel L. Jackson... ambos se miran y ni una puta bala les ha rozado? Pues ese era mi caso! Eso si... y aquí volvemos a las preguntas inadecuadas... El 95% de las personas a las que conté mi historia hicieron un cuestionario con una única pregunta... la misma que supongo estáis pensando vosotros!!! Venga, si, decidlo... sabéis ya la respuesta con forma de interrogación???: Os dejo un párrafo...
... Si!!! Y QUÉ LE PASÓ AL CABALLO???? Que qué le pasó al caballo??? Y a mí que coño me importa lo que le pasó al puto caballo!!! Ojalá haya reventado el cabronazo! Debí haberlo atravesado con mi montón de hierro, pararme, engrasar la cadena con sus tripas, y continuar mi camino luciendo su arrancada cabellera en el colín de mi moto!!! Eso es lo que pensé las 30 primeras veces que escuché la pregunta!
Efectivamente! Me transformo en anticaballo por unos segundo! Que qué le pasó al caballo??? Y a mi? A nadie le interesa lo que me pasó a mi? Porqué, por supuesto, la pregunta me la hacen en cuando explico lo del choque. No saben si pasó el milagro sin beatificar que pasó, si me hice un esguince en la mano, si me pasé 40 años criogenizado en un hospital a la espera de una cura contra los choques equinos... lo primero que les viene a la cabeza es qué le pasó a ese cuatropatas? Se que la capacidad de raciocinio del animal no le dio para poner el intermitente, pero cuando escucho esa pregunta yo me vuelvo mucho más irracional!!!
Imagen extraída de la mente de mis interlocutores al escuchar la anécdota. Refleja a "mi caballo" y a su "colega"
Pocos años después, ya con carné de coche recién sacado y casi con fecha de boda, regresé a aquella casa rural con mi mujer... y de nuevo, otra vez como en un guion de película, al llegar encontramos al encantador matrimonio que, casualmente estaba siendo visitado por aquel hombre que me ayudó con la moto. Lo primero que hizo al verme fue decirme: Si, te recuerdo! tú eres el que se dedica a atropellar caballos!. Está claro quien se lleva las apuestas en mi particular carrera por la simpatía... y es que 4 patas pueden más que 2.
Gracias a ti, Víctor!!! Jajajaja! No sé si es mejor esa parte del viaje al Chic, o cuando conseguisteis llegar con otro vehículo 4X4 y... bueno... mejor no hago spoilers! jajaja! Un abrazo!!!
ResponderEliminarJajajajja He de reconocer que he pensado la misma pregunta... Qué le pasó al caballo? Jajajaja
ResponderEliminarYo es que soy muy dada a veces a hacer preguntas que, por nervios, me dejan en evidencia jajajaja y si tú pudiste volver a Barcelona es que estarías bien. Anda que... menuda leche!
Me ha encantado tu imaginación de decirle al caballo q lo tuyo si q son caballos jajajaja... ay, las películas hacen mucho daño!! (Yo me monto cada flipada en la cabeza... q si las dijese me encerraban fijo ��)
Me ha encantado leerte, como siempre! Sacas una sonrisa que es lo que de verdad importa ;)
Muchísimas gracias! Jajaja! La verdad es que me dió un susto tremendo...como dicen por ahí... vi la muerte Primoooo! Va de una décima de segundo el reirse o tener un disgusto...
EliminarHola!
ResponderEliminarAntes que nada, perdona, perdona, pero lo primero que he pensado es lo mismo que te han comentado ya jajaja. Es que cuando tienes animales desarrollas un sexto sentido por ellos. Son como de la familia!
En todo caso, la anécdota que has descrito es digna de una película de Lynch! Roza lo inverosímil. ¿De dónde habían salido esos caballos ahí trotando a sus anchas?
Menos mal que ahora con el tiempo puedes contarlo así e incluso crear un texto literario.
Un abrazo!
Jajajaja! Estoy seguro de que muchos lo han pensado! Realmente contado desde la distancia que otorga el tiempo parece una ida de olla de un episodio de Twin Peaks! Gracias por el comentario, Dona Invisible! Un abrazo!
ResponderEliminarNo intentes ganarle la batalla a un caballo o a un ciervo Hermano, en nuestros subconscientes colectivos son los animales 'buenos' y 'nobles' que jamás harían daño a un ser humano, mucho menos si los ejemplares de dos patas miden alrededor del metro... Bambi hizo mucho daño jajjaja Ahora intenta acercarte a un noble ciervo en época de berrea o trata de montar un dulce corcel a pelo: si no acabas en el hospital te denunciará algún animalista acérrimo jajjajaja
ResponderEliminarHace muy poco tuve yo un encontronazo con un toro cuando iba en bici por la sierra y casi me cago de miedo: el bicho (enorme) estaba plantado en mitad del camino y no solo no se apartaba si no que además mugía como con mala leche y no dejaba de mirarme y hacer amagos de arrancarse... No sabía qué hacer hasta que llegó un compañero y pasó a toda leche gritándome: No tengas miedo, no hace nada!!! JA!! ¿Y eso como lo sabía él? Que esa es otra que te sueltan los dueños de los doberman mientras te están ladrando y enseñando los dientes!!! Nada, al final pasé por delante del bicho con más miedo que vergüenza tratando de acelerar la bici de cero a cien en dos segundos!!!
Por cierto, los Lagos de Covadonga son una maravilla!!!
Como siempre, una historia genial Hermano, espero que no se te acaben nunca jajjaja
Un abrazo!!! Wassail!!!
Alex!!! Está claro... me llega a pasar en la campiña inglesa y tanto da mi estado tras el accidente... me lapidan fijo!!! Lo del toro nos pasó a Vanesa y a mi en Lagos de Covadonga precisamente, cuando volvimos con el coche. Íbamos haciendo una pequeña excursión por los lagos y un enorme morlaco venga a mugir cabreado! Al final pasamos y ni hizo además de lanzarse... si no, tendría entrada para otro post! Un abrazo! Wassail!!!
Eliminar