MERIENDAS BLACK METALERAS

Me fascina el Black Metal desde su fundación. Musicalmente hablando me parece de lo mejorcito en cuanto a música extrema se refiere, y además podemos unir los tiempos tempestuosos y oscuros en los que nació, allá en la fría y maravillosa Noruega.


Como todo género musical que adquiere cierta relevancia (bueno... o como toda moda en general), tras su alumbramiento a base de quema de iglesias y asesinatos entre miembros del movimiento (creías que era una exclusiva del Rap?) empezaron a surgir grupos Blackmetaleros debajo de cualquier piedra. Aquella oleada de popularidad fue nefasta, y toda aquella imagen fantasmagórica, con los miembros de las bandas pintados simulando ser cadáveres pasó a ser grotesca. Los antaño "cuerpos sin vida" parecían mimos, y uno de sus lemas "no trends" (no a las tendencias) convertía al metal negro en poco más que una broma.

Usted que mira, Señora?

Afortunadamente aquel engendro sobrevivió aunque siempre estarán abuelos cebolletas mucho más cebolletas y abuelos que yo que nieguen la autenticidad de cualquier grupo del estilo nacido más allá del 1993.

Aquel gesto misántropo de los inicios se volvió algo a imitar, a fingir... Si eras Blackmetalero debías lucir siempre serio, siempre enfadado, todo debía parecerte mal, cualquier banda era mala (cualitativamente hablando) y buena (actitudinalmente hablando). Eso te hacía compartir arena bajo el escenario con tipos hinchando sus pechos, luciendo cuernos vikingos en sus cinturones, simulando ser la encarnación de un desheredado hijo de Satán mientras se ponían ciegos de cervezas y porros con los colegas, por su puesto, tanto o más duros que ellos mismos! Yo con mi mirada crítica y cínica siempre me reí de esas poses (No possers también era uno de los baluartes!), y muchas, muchas veces, en su misma cara. Jajajajaja! Es que yo era el más auténtico de todos!

Saliendo de fiesta con amigos y amigas afines al sector, fabricábamos pentáculos sobre mesas con cañas de refresco, me pintaba cruces invertidas de kétchup en la frente, y ponía mi voz Black en cualquier situación para espanto del personal circundante.

Situados en el otro extremo de mi mirada sarcástica estaban los miembros de un grupo Black de una población de las inmediaciones de Barcelona. No daré datos exactos pero si algún lector o lectora formaba parte del gremio, tal vez los identifique...

Dead... el creador del Corpse Paint... éste no estaba para bromas...

... Aquella banda ciertamente fue de las pioneras del género en el país. Se consideraban los más auténticos de los auténticos, más malos que Belcebú con gastroenteritis... Habían llegado a comentar que en cuanto una banda tocaba en directo, estaban acabados por "vendidos"... (curiosamente tocaban de vez en cuando). Afirmaron que Immortal murieron en las Demos, y tendríais que ver sus caretos de sonrisa invertida cuando se dignaban a aparecer como público en algún bolo. No caían en tópicos, no, que va! El vocalista tenía un nombre de guerra que venía a ser el suyo propio escrito al revés (en un dechado de originalidad avérnica), imitando a Dead de los Mayhem, que se hacía verdaderas carnicerías en directo con su propio cuerpo, se cortaba con un cutter en las actuaciones, eso si, con cara de PUUUUUPAAAAAAAAA!. Fueron contratados por una discográfica fundada por una tienda de discos Metal y les propusieron, en otro alarde de imaginación, hacer una edición limitada de 666 copias en vinilo (entonces lo retro no estaba de moda) firmadas con su propia sangre!!! Cabe decir que tengo ese disco y el siguiente! jajajaja! Quien será el tarado?

Hija mía... así no!

En mi círculo más íntimo de amistades metaleras establecimos un culto tremendo hacia ese oscuro grupo... imaginad la seriedad del culto! Dentro de nuestra locura por reírnos, quedamos incluso para merendar en el Viena del Carrer Pelai con un tipo que apenas conocíamos, pero tenía algo importante... Una gran amistad con la banda!

Entre café y café, el tipo no soltaba prenda, así que tuve que urdir una estrategia para que EL GRUPO saliese a relucir... Mi comitiva habitual y el invitado entramos en una tienda de discos mítica en el Carrer Tallers, y delante de él, tomé la segunda obra de la banda de su amigo para adquirirla. Al ver el disco en mis manos se le abrieron los ojos como platos y empezó a relatar todo acerca de ellos! Bien! En su efusividad recién adquirida, no pudo reprimirse a explicar algo realmente íntimo en el "conjunto"... Al parecer nuestras merendolas no eran exclusiva nuestra! Nos contó como de vez en cuando iba a casa de su amigo con otros seres de ultratumba, escuchaban las maquetas en Casete más difíciles de encontrar, las peor grabadas, hablaban sobre el demonio, y, mientras tanto... la madre del líder de la banda les traía para merendar... LECHE CON GALLETAS!

No me entendáis mal! Ese ágape está de muerte! Pero no hombre! Yo esperaba otra cosa! Creía que tal vez la buena mujer sería una suerte barcelonesa de la madre de Norman Bates y que merendarían poco menos que cadáveres recién profanados! No imagino a la pobre madre entrando en la sucursal infernal que sería la habitación de su hijo con los vasos de leche calentita y las María Dorada en un platito!

Está claro... nada es lo que parece... y yo el que menos de todos...