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miércoles, 16 de agosto de 2017

CANCIONES DEL VERANO O... DE BODA?

No contestéis! No es una encuesta! No estoy indagando sobre vuestras predilecciones musicales entre 2 tipos de música (por así llamarlos). En realidad el encabezado de la entrada semanal es una pregunta retórica, una afirmación! Las llamadas popularmente "canciónes del verano" son en realidad un invento para desarrollar su máximo potencial en las celebraciones nupciales!




El encasillar a un tema musical como Canción Veraniega es una acción totalmente estacional, castrante! Limitar los daños auditivos y al buen gusto a la época estival es acotar en grado sumo su poder destructivo. Es cierto que, durante todo el año (y en algunos casos varios años!) la gente acude a todo tipo de locales, desde selectos clubs, pasando por discotecas, hasta llegar a chiringuitos con nombre de cefalópodo con ganas de bailar. Se empieza siendo más selectivo que los agentes de seguridad de los lugares más exclusivos, luego se sigue con lo que suene, y se acaba dándolo todo y perdiendo la vergüenza con dichos temitas, pero poca gente va a esos lugares esperando otra cosa que no sea diversión y no acabar la velada durmiendo la mona tirado en el suelo junto a su propio vómito, así que el perder la compostura con esas composiciones de las que hablamos no es nada reprobable...

... pero en mi opinión, es en las bodas donde esas malévolas creaciones adquieren todo su potencial. Todos esos invitados, contando con los que han invertido mucho tiempo y dinero en ataviarse con ropajes que nunca jamás serán usados de nuevo, han aprendido cual es el cuchillo de la carne, el del pescado, el del membrillo en vinagre esferificado... se lanzarán a la pista a intentar saciar una hasta entonces desconocida lívido esperpéntica al son del tema de turno y, como no, bailando perfectamente su ineludible coreografía!

En otro ámbito externo a la celebración de los esponsales todo el mundo tiene su excusa para hacer el ridículo con esas canciones de las que como un San Pedro trasnochado negarán 3 veces el resto de la semana: Iba con una copa de más... La ponen al final de la D.J. Session y voy lanzado... Yo no la pido ni me gusta, pero la ponen siempre y no me voy a ir del Sutton... Pero... en las bodas? Aaaaahhhh amigo... en las bodas esos apóstoles arrepentidos irán al encargado de la música a pedir el tema de moda, y, cuando reciban confirmación de que "es la próxima" volverán asintiendo con la cabeza hacia sus amigos mientras empiezan ya con el baile adjunto. El tema de que cada una de esas aberraciones sónicas vayan con otra blasfemia de la danza cogidas de la mano es para tratar aparte!

Como ya sabéis, no puedo evitar un par de ejemplos. En la boda de unos amigos sufrí una visión que aun me hace desear que en realidad fuese una pesadilla. Había un hombre mayor, muy mayor, con apariencia de ser muy respetable. Desconozco el parentesco con la pareja de novios, pero era, sin duda, de máxima graduación en la academia militar familiar. Casi todos los invitados se le acercaban con mayor afecto y peloteo que a Vito Corleone durante la boda de su hija. La diferencia es que aquel señor no podía sujetar el gato de Vito sin romperse un brazo! Pero... cuando sonó el "temazo" MAYONESA, descubrí al ilustre convidado de pie dando el máximo de la articulación de sus caderas meneando éstas mientras con sus brazos removía con fuerza a la mayonesa imaginaria. El nivel de ímpetu era también máximo, hasta el punto que otros asistentes le advertían de que tuviese cuidado de "no hacerse daño". Daño hizo, al menos a mis ojos y a mi memoria!

Pero es muy fácil hablar de otras bodas... porqué no de la mía propia? Pues venga! Aquí la experiencia es distinta... más del tipo "experimento sociológico". El restaurante donde se celebró el convite de nuestra boda tenía cerrado un convenio con un D.J. al que nos dirigieron para orquestar los temas musicales a sonar en distintas fases de la comilona. Preparé un CD con todo lo que quería que sonase en el evento por si no encontraba algo (cosa que no fue el caso), pues queríamos dar un toque ligeramente distinto a los oídos de los comensales. Hicimos lo propio en la ceremonia (civil). Cuando Vanesa llegó al ayuntamiento del barrio, Skellig de Loreena McKenitt me sonó como nunca. The Flames of the End de At the Gates debía hacer su apocalíptica aparición durante el fin de la ceremonia, pero no fue así. Según el encargado "tuvieron un problema" con el equipo. Yo creo que el problema fue que al nada simpático encargado no le gustó que no sonasen Los Pajaritos. Ya en la llegada al Restaurante Flying Whales de Gojira nos acompañó al principio del picoteo. Para el primer plato elegimos una tranquila Where the Streets have no name de U2, pero el segundo plato, más contundente, requería de A Whisper in the Storm, de Death Silence, que tuvo una inesperada gran acogida. Para el postre hubo explosión máxima... empezó el final de Postmortem de Slayer para enlazar con Raining Blood. La gente se animó, si! Pero el abuelo de Vanesa tampoco se subió en la mesa y se lanzó al estilo Stage Diving! Luego para el baile caímos en cosas más "comerciales" con la versión que hizo Lucie Silvas del Nothing else Matters de Metallica. Hasta ahí llegaron nuestras exigencias? No! Pedimos que para el resto de la jornada sonase la música que la D.J. creáyese conveniente con la única condición que no sonasen "canciones de pachanga", prohibiendo radicalmente a la temible Paquito el Chocolatero, que quemaba a base de cacao rancio derretido las más afamadas pistas de baile!...

A pesar del impecable saber hacer de King África, vetamos su canción en nuestra boda

... Durante el "baile libre" de los invitados, un primo de Vanesa se nos acercó claramente soliviantado. El chico tenía no sólo aspecto de provocar el despido del contable que calculó cuanto cobrar por la barra libre, sino también de haberse llevado un disgusto. Pero no había problema! Cierta esperanza se dibujaba en su mirada ya que, literalmente, nos pidió ayuda! Nos explicó mientras se limpiaba con un pañuelo de tela el sudor de su frente, como había ido a hacer una petición a la encargada de la música y se le había negado! No lo comprendía! Debía ser un error! Había pedido PAQUITO EL CHOCOLATERO y la chica le había indicado la "prohibición expresa de los novios de poner esa canción en particular". El primo lo sabía... se trataba de una confusión que íbamos a subsanar! Cuando le dijimos que la D.J. no faltaba a la verdad, no se dio por vencido y nos preguntó: "¿Pero... sabéis cual es?" . A juzgar por como abrió los ojos estaba seguro de que cuando nos diese a conocer cual era ese tema yo mismo irrumpiría en la cabina y pondría la mortal composición mientras decía por el micrófono "Bailad! Bailad, Cabrones!". Como no fue así, el primo, al que para proteger su identidad llamaremos Joselito, decidió dar al barman el trabajo que la D.J. no podía efectuar.

No nos engañemos... Hay mucha hipocresía en las opiniones de la gente sobre las canciones de Boda, del verano, o como queráis llamarlas. Tienen poder, mucho poder! Son un grupo presidencial en potencia, porque, al igual que muchos partidos políticos, nadie les vota, pero ahí están. Bailad, Cabrones!

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Lord!!! Thank you! Fue un increscendo apoteósico, para mi gusto, claro!

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  2. yo, viviendo donde vivo, a parte de ser víctima de que me roben mi fecha de boda... que no celebraré este año, me temo, pero que cambiaré hábilmente por una travesía a nado de la bahía de san fernando, cádiz... (y podría seguir) creo que no me libraré de tal retahíla de canciones pachangueras, así como un apoteósico final con Héroes del Silencio (me podéis crucificar, pero los detesto).

    Estoy por fugarme con los gemelos y decirle al padre de las criaturas, que o por lo civil y me ahorro tal sufrimiento o nada!!

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  3. Mmmm... eso me hace recordar a cuando empezamos a planificar la boda. Aun estando los 2 de acuerdo te ves, sin querer, engullido por una espiral de "tradiciones". Escapamos de algunas si, de algunas no... por suerte de la música tuvimos el control! Espero que no acaben con Avaaaalaaaaanchaaaaaa!!! Gracias por comentar!!!

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  4. Puedo decir con orgullo que NUNCA he bailado uno de esos bailecitos o 'coreografías' gansas que acompañan a las horripilancias sónicas que tan bien has descrito Hermano!!! Nuestra boda, también civil, se celebró en un bonito lugar con la asistencia de 50 familiares y la música que sonó había sido grabada expresamente por mí, así que no hubo problemas y, por supuesto, el Paquito y sus primas brillaron por su ausencia... Unos días después, en el campo, hicimos una fiesta para los amigos y allí sonó mucho Metal y Rock, of course jajjjaja!!!
    No soporto los Despacitos de este mundo, de verdad, que asco me dan!!!
    Por cierto, magníficas las canciones de tu boda!!!
    Un abrazo!!! Wassail!!!

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    1. Alex! Que alegría volver a tenerte por aquí! No dudo ni por un momento de tu buen repertorio sonoro durante la boda! Los Despacitos deben estar petándolo hoy en día... No podemos nadar contracorriente, pero si cambiarnos de río! jajaja

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