... un zapato abandonado... No digáis que no! El tema del zapato huérfano no es una cuestión menor. Es un misterio que la industria del celuloide (o como se llame con lo que filmen ahora) no se ha atrevido a poner en las grandes salas, ni siquiera en lanzamiento directo en formato doméstico! Por más que he buscado en librerías especializadas no he encontrado información al respecto! Julio Verne no se aventuró a escribir una novela al respecto! Leonardo da Vinci no inventó nada relacionado! Iker Jiménez no ha realizado ni tan solo una mención en su programa (que ha visto investigado incluso el grosor de los rizos del busto de La Dama de Elche). Porqué? Será que hay un miedo ancestral y visceral a averiguar la verdad? Será que ni las Sociedades Secretas que aparecen en las páginas amarillas saben el motivo???
Con o sin sentimientos... ha sido abandonado...
Siempre, y repito: SIEMPRE y sin excepción que veáis calzado abandonado a su suerte en la vía pública notaréis que se trata de un solo pie! Qué ha pasado con el otro??? Al no haber bibliografía al respecto desconozco la estadística acerca de si hay mayor incidencia en pies izquierdos o derechos, pero si, siempre es UNO! Podéis hacer como yo en varias ocasiones: seguir el camino un kilómetro hacia adelante, deshacer el mismo 1000 metros atrás... no encontraréis la pareja!
Bueno... antes de que me llaméis alarmista, y de que me digáis que cualquiera puede perder un zapato... que pueden pasar mil cosas... En serio??? Vamos a empezar por el principio (aquí me he quedado descansado)... Cuales son las posibles causas de pérdida y /o abandono del protector/embellecedor de nuestros pies?
Calzado inadecuado: en las únicas ocasiones en la que yo o los míos hemos sido desprendidos de un zapato ha sido cuando hemos sido tan osados de salir con zapatillas a la calle. En ese momento se produce otro misterio: Esa zapatilla, esa chancla, esa espardeña que en casa nunca falla y jamás sale despedida salvo que se acaben las pilas del mando a distancia en la vía pública pierden su capacidad de sujeción y se desbocan cada dos por tres. De todas maneras ese tipo de zapatilla no representa un porcentaje significativo en el parque de calzado perdido...
Rotura: Podría ser otro motivo. El zapato se rompe, los cordones se rompen, los tacones se rompen... de manera que incomodan la marcha de tal modo que el propietario opta por deshacerse de él... Está la alternativa de cargarlo hasta casa y repararlo, así que damos por hecho de que el propietario o bien anda sobrado de dinero o bien los daños son tan catastróficos que opta por el desahucio podológico.
Abandono inintencionado: El usuario se descalza por distintos motivos... necesidad de descanso e hinchazón de pies, piedrecita u objeto punzante introducido en el calzado, herida en pie que requiere de intervención pseudo-quirúrgica (tirita)... El afectado, una vez reparado el perjuicio, inicia la marcha olvidando a su zapato.
Abandono intencionado: Algún fetichista de los zapatos, tras un desengaño perverso, un taconus interruptus, o alguna otra afición oscura que acaba mal, decide deshacerse del que fue su objeto de deseo.
Defensa personal: De todos es sabido que, de no encontrar una piedra, palo, manillar de bicicleta, cadena de la misma, u otro objeto contundente, un zapato (en especial, por su combinación peso/dureza, los de vestir) es el artefacto más mortífero que solemos llevar encima (salvo que acabemos de comprar una edición de Quince Minutos (del autor que responde a las iniciales P.C.). De todas maneras, y habiendo telefoneado a todos los centros de artes marciales de mi localidad, no he encontrado una disciplina que contemple el uso de zapatillas como elemento principal.
Agente secreto apunto de ser descubierto: Los espías llevan un teléfono en el zapato, todo el mundo lo sabe. En caso de control policial o de agentes de la compañía rival, podrían optar por abandonar su Smartfoot.
Borrachera: Tras una noche de fiesta en la que has dado todo excepto buena imagen, te descalzas vete a saber porqué, y luego, si eres capaz de olvidarte la cartera, porqué no tus Múnich?
Bien... hasta aquí las principales causas de pérdida, pero estaréis de acuerdo conmigo en algo... una cosa es que se te caigan las llaves de casa y que con el ruido del tránsito no te percates hasta que te ves haciendo el Spiderman para intentar entrar en tu vivienda, pero, un zapato??? Sea cual sea la causa no existe excusa para no darse cuenta de que vamos con dismetría de las extremidades inferiores, por no hablar de la falta de protección! De veras no se dan cuenta de que van con un pie al aire? Si el motivo fue calzado inadecuado que se desprendió... tras el tropezón no notan que siguen la marcha pisando el cálido asfalto con sus cristales, piedrecitas, etc...? Lo mismo se aplicaría a la rotura... se desprenden de un zapato porque su estado provoca incomodidad y no les importa ir desollándose un pie a la vez que cojean? Igual que en el abandono inintencionado! Cuanto necesitan caminar para darse cuenta de que les falta algo en lo que apoyarse? Si la defensa personal es la causa inicial, en caso de resultar victoriosos en la lucha... porqué no recuperan el artefacto? y de ser los derrotados, huían más rápido con una bamba si y la otra no? Mmmm... ahora caigo... hay 2 casos que tienen justificación!
Si la borrachera es la causante, es posible que el ebrioafectado no distinga si su desequilibrio de debe a su estado o a la pérdida de una zapatilla. Si el zapatófilo es el culpable, no es descartable que su lujuria pueda seguir centrándose en una sola unidad del par desparejado... El agente secreto queda descartado, pues aunque sólo un zapato suele contener el teléfono, ir con sólo una unidad despertaría iguales sospechas ante los agentes enemigos.
Así pues, si tuviésemos que dar el perfil como en Mentes Criminales, diríamos que el SUDES es un hombre o mujer, blanco negro asiático esquimal hindú o musulmán, entre 15 y 99 años, visiblemente ebrio y que babea con mirada lujuriosa mientras mira a los pies de los co-viandantes. No sé vosotros, pero yo hace mucho que no veo a uno de esos!
También he estado barajando que, con la fiebre del Running en sus diferentes vertientes, alguien que quiera iniciarse en el barefoot running (correr descalzo) haya interpretado que el hacer la transición progresiva de correr con a sin zapatillas consista en deshacerse de una de ellas... pero no he encontrado fuentes fiables para reforzar esta teoría...
Está claro que no llegamos a ningún lado en este intento de periodismo de investigación. Eso si, he recordado una cosa curiosa que sucedía cuando trabajaba en el almacén de la tienda de ciclismo... había un número alarmante de robos de una sola zapatilla. Como en todo comercio en el que haya calzado, sólo se expone una unidad, y siempre del mismo pie... así que la leyenda del ciclista cojo cleptómano hizo estragos en los casi 10 años que estuve allí! Tendría él la respuesta? Podría explicar el porqué de esos abandonos?
Creo que podríamos preguntar a los propios zapatos... el problema es que tratándose de pies, cantan más que hablan!
Muy bueno! Nunca me había parado a pensar en el pobre zapato solitario y abandonado, pero es verdad que es muy raro que sólo aparezca uno.
ResponderEliminarUn caso para Iker Jimenez.
Muchas gracias por comentar! Hay que promover que la próxima temporada de cuarto milenio aborde el tema!
EliminarGenial Hermano!!! Lo del smartfoot (tengo que decirlo lo primero) me ha hecho cantidad de gracia jajjaja!!!! Pero, por una vez y sin que sirva de precedente, tengo que decirte que fui testigo y parte de la pérdida de un (sí, uno sólo) zapato... Sucedió hace muchos años, cuando estudiaba la carrera y unos cuantos amigos decidimos acercarnos a la Tamborrada de Donosti que nos pillaba cerca. Fue llegar y sumergirnos en la muchedumbre (todavía sin haber tomado más que un par de birras) cuando uno de mis colegas empezó a gritar que había perdido el zapato. Imposible encontrarlo entre la multitud, así que allí quedó para ilustrar tu posterior post ventitantos años después jajjaja Por cierto que mi ammigo se pasó toda la noche saltando a la pata coja!!!
ResponderEliminarY esta entrada ha removido uno de mis misterios particulares: el mando a distancia de mi Stilo sigue funcionando a la perfección 14 años después y sin haberle cambiado la pila una sola vez... Yo no me lo explico...
Abrazos!!! Wassail!!!
Jajajajajajaja! Alex! Acabas de documentar el primer caso con testigos de pérdida de zapato del cual se tenga noticias! Ahora falta indagar en de qué demonios está hecha la pila de tu mando! Un abrazo! Wassail!
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