Por un lado la caída de bandera se divisa rápida y apenas tendré tiempo de anotar mis jugadas de dudosa literatura antes de salir a buscar a mi mujer al trabajo... pero sin duda, si me lo propongo, tengo más habilidad mecanografiando que en una partida Blitz.
Por otro lado y haciendo alusión al título de la entrada de la semana, querría tener un reloj de ajedrez con una modalidad de tiempo acelerado, en el que los segundos corriesen como centésimas, y que el campeonato al que la mala fortuna nos inscribió hace más de un año acabase ya. Toca una partida final que vamos a ganar, porque no concibo otro resultado...
... No me tachéis de pretencioso, pues es mi hijo el que juega. No, no soy un prepotente. Él con sus 7 años es mucho mejor que yo, tanto en el ajedrez como en la vida. Él con sus 7 años está mucho menos nervioso que yo. Él con sus 7 años es mucho más valiente, y mucho mejor persona.
Hace poco más de un mes ya jugó una enfrentamiento de esos que no te hace ninguna gracia que tenga que librar un niño. Un match fácil decían... Un tiempo añadido para solucionar un problema que arrastraba desde hace meses. Por desgracia para nosotros no se movían fichas sobre un tablero sino sobre la camilla de un quirófano. El árbitro que blandía un bisturí y no un bolígrafo vino hacia mí cuando mi pequeño aun estaba dormido por la anestesia para decirme que lo que yo creía una victoria segura no había llegado y que el rival se había guardado una jugada bien oculta en su repertorio de finales. La cosa había acabado en tablas y hacía falta un desempate.
Imagen de footage.framepool.com
Erik no tuvo la suerte de Magnus Carlsen y no tendrá una rápida para rematar lo que se merece. Mañana tiene por delante, otra vez sobre el mismo tablero metálico, un reto de 4 horas, más el tiempo que el estudioso juez decida añadir. Los mejores analistas le dan por seguro vencedor. Hasta viene sólo para estar ahí el mejor de Europa en su especialidad, para apoyarle. Conocemos a otros jugadores que se han enfrentado al mismo enemigo y han tenido la amabilidad de compartir sus anotaciones con nosotros... y sobretodo, es él quien mueve, él, que se despertó de la anestesia del juego la vez anterior igual de fuerte que si tuviese que ir al colegio. Pero tengo miedo... miedo de que alguien tenga un fallo de esos como la Torre de Karpov en el Mundial de Sevilla, o como los que hago yo día si y día también... que deje a la dama ahí, bien a tiro de cualquier peón retrasado, que subestimemos al rival por mucho que creamos que le hemos tomado la medida... Es normal tener miedo, no?
Erik, cariño, sé que mañana vas a dar un jaque fulminante a todos mis temores, como este verano, cuando sacaste uno no sé de donde y me dejaste planchado en la mesa de la terraza, y que dentro de unos años, cuando te aburras y te de por leer mi blog, te rías al ver que el Papa, además de estar siempre de broma, inventarse las canciones más absurdas para que Helia y tú las convirtáis en éxitos mientras os desternilláis, a veces tiene miedo, aunque estés tú jugando, tan tranquilo, tan valiente, tan buena persona... Precisamente por eso tengo tanto...
Creo que el reloj trucado que he pretendido usar está estropeado, y los segundos pasan como horas y encima alguien ha metido añadido tipo Fischer, pues el tiempo no corre...
Venga,
ResponderEliminarmuchísimo ánimo!!! estoy segura de que todo va a salir bien.
Un abrazo enorme a todos!!!
Muchas gracias Verónica
EliminarUn abrazo inmenso familia!!! Todo irá bien!!
ResponderEliminarMuchas gracias Yolanda. Se agradecen mucho vuestras muestras de apoyo. Un abrazo.
EliminarNo puedo responder con palabras Alberto. Os enviamos un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPau
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EliminarMuchísimas gracias, Pau. Un abrazo para vosotros.
EliminarSupongo que a estas alturas ya está todo solucionado y sin problemas... He retrasado demasiado la lectura de esta entrada y ahora mismo te pongo un wasap para enterarme/confirmar que todo fue lo mejor posible...
ResponderEliminarAbrazos!!!
Gracias por interesarte Hermano. Ya estamos al día. Un abrazo!
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