Hoy casi ni escribo. El día se ha destapado extraño... Todos nos hemos levantado muy tarde, Erik algo elevado de temperatura, papeleo que enviar para el trabajo (he dicho trabajo!!!) y una tarde que venía marcada por la visita en familia al cine de la vecina localidad de Cerdanyola para ver Los Últimos Jedi... Lo cual también implicaba que todo debía hacerse con relativa prisa pues había que ir a buscar a Mamá para ir directos a la primera sesión del día...
... Lógicamente las décimas de fiebre del campeón de la casa lo podían marcar todo. Recién recuperado de su intervención no era cuestión de arriesgarse ni por un simple resfriado... pero afortunadamente la temperatura se le normalizó durante la jornada matutina. Previamente me había asegurado de que, por fortuna, el cine al que íbamos podían cambiar la fecha de las entradas en caso de necesidad. El pequeño Jedi se encontró bien y no quiso perderse la nueva película de la Saga, y de ahí venimos!
... Si... Con el título de la entrada estaréis pensando en que voy a soltar eso de Hay 2 tipos de Personas... las que escriben un Blog puntuales como un reloj Suizo y las que no... Pues no van por ahí los tiros, pero os puedo asegurar de que de haber sido ese el tema nunca lo hubieseis sabido pues he estado apuntito de pertenecer a ese grupo de personas que no anteponen el escribir a toda costa pase lo que pase y sea la hora que sea (un sensato grupo de personas!). Ha sido la visita al cine la que me ha hecho recordar una pequeña, pequeñísima anécdota relacionada con el anteriormente conocido como Séptimo Arte.
Hace mucho tiempo, en una Galaxia muy muy lejana... fui al cine Novedades de Barcelona a ver, casi de estreno, Pulp Fiction... Si hacemos cuentas, 23 años han pasado! Aun me sigue pareciendo "la nueva de Tarantino" pues la "vieja" era la extraordinaria Reservoir Dogs. Por aquel entonces yo pertenecía a uno de esos 2 tipos de personas... Cuales? Unos que ya casi están extintos pero que siguen sobreviviendo cual Lobo Marsupial Inmortal dando vueltas en su jaula!... Los que se quedan a ver los títulos de crédito.
Por la década de los 90 yo jugaba a ser cinéfilo y bien metido en mi papel incluso me hice con una Copia de Ciudadano Kane. Tal vez eso me hizo darme cuenta de que de cinéfilo no tenía un pelo porque me dieron ganas de quemar a la cinta de VHS con el Rosewood de las narices, al cual, dicho sea de paso, le hubiese picado a martillazos el nombre... pero dentro de mi postureo cinematográfico no hubo que fingir nada en relación a quedarme a ver hasta el último fotograma de cada film al que asistía. Le aprecié el valor desde pequeño. Cómo si no iba a saber quien era tal actor, o como se llamaba tal canción, o, porqué no, saber quien eran los actores de doblaje (si... sé que vosotros que no tomáis azúcar tampoco sabéis lo que es eso del doblaje!) o simplemente encontrar pequeñas casualidades en los créditos. Entiendo a la gente que cuando acaba el metraje de acción se levante con ganas de salir pero en parte lo veía una falta de respeto a todos aquellos que habían formado parte de un rodaje y que no tenían más planos que el del scroll con el texto y también para aquellos que, como yo, no podían verlos tranquilos porque no hacía más que pasar gente por delante de sus ojos.
Aquella costumbre ha sido casi desterrada, y gran parte de culpa la tienen las propias salas de cine, que en muchos casos encienden las luces en cuanto los créditos comienzan a aparecer pero entonces la "fractura de público" era mucho más acusada. Como ya he comentado, el día de Pulp Fiction no fue una excepción. Esa jornada, con lo que me había gustado la película, no pensaba irme hasta que no pasasen la escoba a la pantalla! Cuando salimos de la sala, un horondo acomodador ya entrado en años parecía ciertamente contrariado. Gesticulaba y mascullaba a un colega de profesión mucho más joven y, al pasar junto a él, le escuché diciendo bien claro para que no nos quedásemos sin saber de sus pensamientos: Menuda gentuza!!! 3 horas y media de película y aun se quedan hasta el final!
Acomodador petrificado, que no acomodado
Perdón? Qué ha dicho? Hay tanto que analizar en esa frase y tan poco tiempo para escribir hoy que no voy a extenderme! Veamos... no éramos de esos compradores que entran en un establecimiento bailando el Bimbo esquivando a una persiana que desciende para luego no adquirir nada! Habíamos pagado nuestra entrada y teníamos completo derecho a quedarnos hasta el inicio de la siguiente sesión! Gentuza? Recordad... estamos hablando del año 94. Los cines Multisala eran escasos, con asientos más comprimidos que el Mesa Boogie de Santana y más incómodos que un Blog de texto gris sobre fondo negro... Era un Cine de una sola sala, con una sola película, y en la que el taquillero vendía entradas, el palomitero palomiteba, y el acomodador acomodaba! Con suerte recogía la sala de palomitas y objetos lanzados al piso enmoquetado, y aquel hombre, por su aparente rango, tenía todo el aspecto de delegar las funciones de limpieza! Cual era el motivo de su enfado? Tenía prisa? Tal vez podía indicarle al proyeccionista (que entonces sólo proyectaba) que empezase el siguiente pase antes de hora si todos los Elvis habían abandonado el edificio??? O simplemente era un gruñón que protestaría trabajase de lo que trabajase? Porque ingenuo no soy y no diré que si se supone que trabajaba en un Cine sería amante del celuloide!
Jules Winnfield y Vincent Vega dando buena cuenta del acomodador!... bueno no... pero hubiese molado!
Ahora me doy cuenta de que tal vez era un visionario! Un oráculo pasado de peso que vio el futuro de las salas de exhibición en el cual se intentase hacer sentir incómodo al espectador para acelerar el proceso de proyección no por empezar antes, sino por exprimir a tope al personal... el recoge palomitas debe darse prisa pues ha de correr a la taquilla y luego de ahí a servir cafés en el Bar...
Hoy, apurado de tiempo y temeroso de que Erik tuviese un nuevo subidón de fiebre, fui ese otro tipo de gente, de los que, aun sin ser de los primeros en salir, tampoco he sido de los últimos... y me he alegrado en silencio de tener que mirar con cuidado los escalones, pues no habían encendido las luces con los créditos, y también de haber "molestado" a 2 o 3 personas que no pensaban abandonar la sala hasta haber consumido el último fotograma... Que hubiese dicho el acomodador acomodado de ver que 23 años después tal vez todo no ha cambiado tanto? Seguramente lo mismo, pues los mediocres no suelen tener un amplio repertorio...
Hola!
ResponderEliminarYa sé que no tengo perdón! Soy una desaparecida. Demasiadas cosas últimamente.
En el cine, yo también era de las que se quedaban hasta el final, hasta que desaparecían todos los créditos. Ahora depende de con quien vaya, hay gente que no tiene paciencia... De todas formas, entre los precios del cine y todo lo que puedes ver por Internet, la verdad es que mi presencia en las salas se ha reducido notablemente en los úlitmos años.
Oye, espero que ese nuevo proyecto con nuevo trabajo te salga muy bien!
Un abrazo a la familia i bon any!
Hola! Se te echaba de menos por aquí aunque no hay que pedir excusas! Yo he recuperado lo del cine porque con una tarjeta que me hice los precios salen muy reducidos dependiendo del día de la semana en el que vayas... y ojo! Recuperar quiere decir haber ido 3 veces en 1 año!!! Aun recuerdo mis tiempos "de soltero" en los que iba 1 o 2 veces por semana, aunque el estado civil tiene mucha menos culpa que los precios en lo que respecta a mi no asistencia habitual... Me alegro leerte de nuevo! Bon any!
ResponderEliminarAndo con retraso con tu blog Hermano, pero estoy poniéndome al día después de las vacaciones navideñas y, de hecho, te debo una llamada para que me pongas al día del estado del pequeño Jedi, que espero que esté como un campeón.
ResponderEliminarEn cuanto al cine y a los cinéfilos, yo también tuve (y por la misma época más o menos) las mismas aspiraciones que tú, llegando incluso a tragarme ciclos de cine japonés que ponían en Cine Club los jueves por la noche... En algún momento de la siguiente década me dí por vencido y me quedé en simple seguidor, para pasar en estos últimos años, al desencanto más absoluto por el cine actual...
En cualquier caso, yo fui a ver Pulp Fiction de estreno y sin haber visto Reservoir Dogs antes, por lo que para mí siempre será la primera de Tarantino, y no pude disfrutar más!!! También por aquella época me quedaba hasta el final de los créditos si la peli me había gustado, claro.
Abrazos!!! Wassail!!
Alex! Me alegra mucho volver a tenerte por aquí! Siempre eres bien venido, por escrito, vía telefónica, ponny express...
ResponderEliminarOtra coincidencia más en nuestras vidas con el tramo cinéfilo! A mi el cine japonés se me resistió más. Si no fui capaz de aceptar Ciudadano Kane... como para ver todas las de Kurosawa!!!
Wassail!!!