Como recuerdo jugar a aquel mítico videojuego... cartucho insertado en la Sega Megadrive, el recién estrenado Slaugther of the Soul de At the Gates sonando a todo trapo, y yo intentando que aquellos malogrados animalillos con aspecto humanoide no muriesen, o al menos, falleciesen en su justa medida para poder avanzar de nivel. Lo considero uno de esos juegos atemporales... pero hoy no os vais a dar de bruces con una crónica del mismo, ni, como podríais intuir por el título, por una presunta película sobre los roedores protagonistas, ni acerca de un libro sobre la producción de DMA Dessign! Mmmm... con lo de Libro habéis estado cerca.
Hace pocos meses supe de la edición de Lèmmings, el último libro de Jordi Dausà i Mascort. Conocí a Jordi allá por el 2013 a consecuencia de una tremenda casualidad que fue ya narrada en mi Blog y que podéis leer aquí. A modo de resumen, haciendo una rápida búsqueda por internet de una criatura supuestamente mega maléfica creada por mi, más o menos en la época en la que desgastaba el mando de la MegaDrive con Lemmings, di con un Bloguero que no conocía de nada hablando de mi creación... Indagando sobre aquella casualidad crucé varios mails con el autor del Blog (si, era Jordi) y para mi deleite pude ver que en su espacio había vida más allá de Grumantor (que así se llamaba el demonio chungo).
Si! Tardes de Birres tenía (y tiene) entradas absolutamente geniales! Me reía muchísimo con la manera de narrar del autor. No sé como definirlo... no era un Blog de humor, pero no podía evitar desternillarme con algunas de las frases con las que Jordi narraba escenas de su vida cotidiana o hechos de dominio público. De hecho no lo sabe pero estuvo apunto de costarme una segunda operación de hernia inguinal cuando, aun convaleciente y con la prohibición de hacer reposo, me dio por rescatar la entrada llamada El Sopar dels Pedants (La cena de los pedantes) y empecé a reir/llorar volviendo a leer el comentario sobre Miquel Barceló y sus "riesgos a la mesa" mientras hacía presión con las manos sobre las grapas de mi incisión a la vez que mi mujer me decía "Ten cuidado!!!".
Siguiendo el Blog supe que Jordi era autor de varios libros. Pensé que algún día tenía que hacer honor a mi devoción por su forma de escribir y hacerme con uno de sus textos impresos... El día a día hizo no olvidarme, pero si posponer la bibliotecaria adquisición... hasta hace unas semanas!
Como os decía, en Marzo de 2018 Lèmmings, su nueva obra, vio la luz de algunos aparadores de librerías. Lo tenía decidido! La proximidad de la festividad de Sant Jordi era el momento propicio. Le hice saber a mi mujer de que si quería hacer los honores se lanzase a la búsqueda del libro del asunto. Lamentablemente por un descuido de un librero no lo tuve a tiempo. Volví a encargarlo y hará un par de semanas otra librería de confianza del pueblo me avisó de que ya tenía mi deuda saldada... al menos el material con el que cumplirla!
No voy a hacer una reseña al huso... Por fortuna se están haciendo bastantes, no sólo en Blogs literarios sino en medios de comunicación escrita de renombre. Confieso ahora: No me leí ni una. Porqué? Pues por lo mismo que intento no ver ni un tráiler de una película que de verdad quiero disfrutar. No quería tener ni idea de que iba.
Mi gran amigo Javi (Javi Lee para la familia) me dijo un día, no recuerdo bien a cuento de qué: "Una persona que no haya visto nunca a un Tigre, que no sepa ni que es, a la que nunca le hayan hablado de ese animal, si se encuentra de frente un día con uno sabrá sin duda que corre peligro." Lo mismo sentí yo al caminar azorado hacia casa con la portada amarilla de Lèmmings en la mano y habiendo leído por el camino la breve introducción de la contraportada y las dedicatorias: Aquel libro no contenía ninguna historia alegre ni cómica, y posiblemente, por dura que presagiase ser, tampoco tendría un final feliz. Ya os aviso de que no os avanzaré si acerté en la conclusión o no.
Una vez empecé a sumergirme en la historia encontré el color de la portada de lo más acertado... aquí ya empiezo con mis desvaríos e interpretaciones, pero el amarillo era el que podrían tener aquellas mugrientas paredes de algunos lugares sórdidos y decadentes en los cuales transcurre la acción de la novela. Pero lo que más me sorprendió fue el identificarme con muchas de las situaciones explicadas, el verme yo mismo reflejado en algunos personajes... es más, el poder asignar caras de conocidos a otros de los protagonistas / antagonistas de la narración. Los lugares tampoco estaban exentos de encontrar localizaciones en mi mente... Como asociaba aquel Bar de Poble Nou (Bar por llamarlo de alguna manera) al que entré una noche con mi amiga Ángeles porque ella necesitaba urgentemente un baño con el primero que visita el anti-héroe de Lèmmings...!!! Aquellas casualidades, como la de hace 5 años con Grumantor, iban más allá, viendo una perdida amistad infantil en otra de las fases recurrentes de la publicación. Incluso podía ver el Gimnasio donde hice Taekwondo de niño como escenario del de Ángel... Tuve también la osadía de asignar escenas autobiográficas del autor, y me pregunté si aquella descripción precisa de ciertos golpes convertían a ese Bloguero que me hacía reír en un Tigre de los de Javi Lee. La fotografía del interior de la portada ayudaba a ello.
Está claro que todas esas similitudes con lugares, personas y situaciones conocidas por mi eran mera casualidad... o no! No se dice que algunas canciones tienen la cualidad de hacer creer al oyente de que se han compuesto para él... tal vez los buenos libros también, aunque la dedicatoria no venga en forma de una bonita melodía y palabras melosas, sino materializada en matones de barrio, amigas perdidas, sabor ferroso en la boca y rivales que golpean enmarcados al final de un túnel.
Supongo que para lograr ese efecto es necesaria una gran dosis de realidad, de haberse documentado de muchas cosas y de haberse metido hasta la cintura en la ciénaga donde se pudren muchas otras. Tal vez sigo desvariando, aturdido aun por los golpes narrativos de Jordi Dausà, con un buen gusto a la hora de escribir difícilmente compatible con la baja estopa de muchos de los personajes que se golpean, ríen forzadamente, envían videos por WhatsApp, etc... a lo largo de las algo más de 200 páginas contenidas entre las tapas amarillas.
Veo que llegados a este punto no debéis tener ni idea de qué va el libro... Si es así, objetivo cumplido! Y para acabar, repetir un agradecimiento público que ya hice a Jordi Dausà i Mascort: Gracias por hacerme recordar muchas cosas del pasado y algunas otras que nunca viví.
Mil gràcies amic. M'ha encantat! Gràcies a tu!
ResponderEliminarÉs un honor Jordi! Me n'alegro molt que t'hagi agradat!
EliminarPues vale, me has picado y me gustaría leerlo jejejje Ahora, la pregunta del millón: ¿está traducido al castellano? Porque mi catalán está algo 'oxidado' ;-)
ResponderEliminarUn abrazo!!! Wassail!!!
Hermano, pues no, de momento no hay versión (que yo sepa) en castellano, pero te informaría de ello de haberla en un futuro. Una vez más hay que elogiar a Jordi Dausà, esta vez por su honestidad. Explicó en su blog como ante una pregunta sobre la lengua elegida contestó que no se consideraba con suficiente conocimiento de ella como para escribir un libro que no con el idioma que usa mayoritariamente en su entorno y que respetaba demasiado al castellano para lanzarse. Estoy seguro de que tiene mucho más nivel que yo pero para mi es de lo más consecuente. Un abrazo! Wassail!
ResponderEliminarPor desgracia conozco a más de un/a supuesto/a escritor/a que debería tener el mismo respeto por la lengua, pero que se atreven incluso a publicar libros para castigo de los lectores jajjaja
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