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miércoles, 22 de noviembre de 2017

EL ABSURDO DE LA HÍPER COMPETITIVIDAD

Suena un poco hipócrita el hablar mal sobre la competitividad cuando me dediqué durante años a ello en el formato atlético, haciendo de ello un estilo de vida y que sólo distaba de la profesionalidad el hecho de no cobrar un céntimo, todo ello compaginándolo con la vida familiar y profesional.



Veamos... yo vengo de un trauma "de forma física" muy grande procedente de mi niñez. Los que me hayáis conocido de adulto, sobretodo en los últimos 20 años, puede que quedéis extrañado con lo siguiente: De pequeño era bastante gordito. Según de qué año de escolarización hablásemos estaba gordo, muy gordo, o incluso hay fotos en las que viéndoles ahora con décadas de distancia podríamos hablar de obesidad. Mis compañeros de colegio nunca me hicieron sentir mal en ese sentido. Veamos... claro que me llamaron Gordo, pero igual que un niño insulta a cualquier colega de aula en caso de una trifulca! Cualquier característica física es válida para descalificar cuando la pelea es inminente. Gordos, Gafotas, Fideos, Más altos que un pino más tontos que un pepino, Enanos, Ricitos de Oro... Da igual! Siempre había algo a lo que agarrarse! Ni los guapos, equilibrados de estatura y con color de cabello neutro quedarían bien parados! No! No fueron mis compañeros y amigos quienes me otorgaron ese trauma sino un par de profesores de gimnasia. El primero era bastante popular en el colegio. Tenía 2 hijos inscritos en el mismo centro, a cual más deportista y simpático, y hablando recientemente con los reencontrados compañeros de clase, reafirmé mi idea de que era el típico profe al que todos querían. Bueno... todos menos yo... o no, tampoco era eso, digamos que yo era el único al que él no quería! jajaja!...

... y me lo hacía saber, vaya que si! Sus recordatorios constantes sobre mi sobrepeso eran de lo menos ingenioso (vete a zampar que es para lo único que vales, por ejemplo). Hablamos de un profesor que me dio clase, curso arriba curso abajo, entre primero y tercero de E.G.B. (licencia de la famosa tirada editorial). Hubo un día en el que sacó a relucir todo su ingenio! Estábamos corriendo en el patio a modo de calentamiento (calentamiento para el resto! Yo moría de asfixia desde aproximadamente el décimo metro!) y entre la hipoxia patrocinada por Nocilla y mi falta de habilidad tropecé y, al precipitarme hacia adelante, tiré a mi compañero Eduard al suelo. Yo no llegué a caer, pero si mi mencionado compi... El profesor, a quien llamaremos Mamón para proteger su identidad y buen nombre, no podía tolerar eso! El Gordo había tirado a otro niño al suelo! Me agarró de la oreja sacándome de la improvisada carrera. El dolor provocado por la fuerza con la que me agarraba no me dejó aliento para poder agradecerle el permitirme parar de correr, cosa que de otra manera hubiese hecho! Su primera palabra de aleccionamiento fue IMBÉCIL! Lo recuerdo muy bien! Con una pronunciación encomiable y una vocalización de Ponente de primera! De veras, envidio como pronunció en Català la C! Yo jamás lo hice tan bien! Ya tenía 2 cosas con las que elogiarle y mostrarle agradecimiento! Pensó que lo de IMBÉCIL no era suficiente y debía decirme algo más técnico, así que empezó a guturalizar totalmente enfadado: ERES UN... ERES UN... GORDO!!! Premio al canto!!! No debía haberse enfadado tanto como sus gruñidos podían dar a entender ya que esa característica mía me la recordaba en cada clase! Uffff... si al final saldría del entuerto con síndrome de Estocolmo! Me dejó abandonado y castigado en un rincón y, cuando volvía hacia el resto de la clase para dirigir su entrenamiento y seguir cultivando su popularidad decía en voz alta para si mismo (y para mi, o al menos así lo creí) ...ES QUE ES UN GORDO... Mamón tenía razón! Lo era! Y repetírselo para si mismo sin duda borró en unos segundo cualquier atisbo de culpabilidad que pudiese sentir por castigarme!

El siguiente profesor también tenía una fama cultivada, pero más bien de, y cito fuentes femeninas con declaraciones recientes ESTAR COMO UN QUESO. Como un queso de esos bien curado, apetitoso, fuerte pero sensible, de esos de anuncio de Flor de Esgueva , con el Maestro Quesero untándole en aceite! Yo también lo estaba, pero más tirando a Queso de Bola del supermercado, y mi Esgueva se transformaba en "esgüevado" por la dificultad que me suponía cualquier actividad física. Comparando el cariño que Quesito (nombre en clave) me tenía con el que me profesaba Mamón, podríamos decir que Mamón me quería adoptar como hijo. Con muy buena vista Mamón bromeaba sin mucha gracia, y Quesito tenía unos orígenes de leche bien agria. Dentro de mi anecdotario tengo 2 episodios divertidos. No recuerdo en qué curso se estaba haciendo un sondeo sobre qué niños y niñas irían a esquiar a la semana blanca. Yo nunca fui, ni tuve perspectivas de hacerlo, pero no queriendo ser menos le dije que a lo mejor ese año acudía a lo que contestó Y A QUÉ? A APLASTAR LA NIEVE? Fue muy motivador! En el segundo capítulo estábamos haciendo una carrera de relevos en la terraza de la Escuela, y yo, supongo que por desaliento, era el último "sprinter" que tomaba el testigo en mi equipo... bueno... el relevo consistía en dar una palmada en la mano del compañero. Pues sorprendentemente y no sé bien porqué, no lo hice mal del todo! Mis compañeros de equipo y el equipo "rival" me alentaban, y al acabar me aplaudieron! No penséis que el niño gordito sacó a un Bolt en bruto! Simplemente corrí mucho más rápido de lo que lo hacía siempre, lo cual podía ser mucho más lento que cualquier compañero de curso, pero mis compis me lo reconocieron! Pensé: "Como mola! No lo he hecho tan mal! Igual debería ponerme y esto se podría repetir!", pero los aplausos y mis olímpicos castillos en el aire se desvanecieron con la voz mandataria de Quesito, que ordenó callar a la clase para que se le escuchase bien el NO APLAUDAIS, QUE LO HA HECHO MUY MAL. Quiero pensar que en los Masters de Pedagogía que sin duda hacían entonces los métodos distaban de los actuales y que la técnica de El Refuerzo Negativo iría de la mano del La Letra con Sangre Entra.

Ya me estoy enrollando y ni he empezado con el tema pero era necesario: Por lo anteriormente expuesto quedé traumatizado en silencio sintiéndome un patata en cualquier actividad física... Llegó el cambio al instituto y ahí ya no puedo hablar tan a favor de algunos compañeros de clase pues las hormonas y la crueldad van de la mano, pero mi físico empezaba a cambiar un poco. Fue con 15 años cuando por obligación me apunté a un gimnasio. Digo Por Obligación y en realidad no fue así... Mi hermano quería empezar a hacer Pesas, pero si no me apuntaba yo, él tampoco... así que accedí! No imagino ahora un gimnasio donde admitiesen a 2 críos de 14 y 15 años en la sala de Culturismo! jajaja! Recuerdo entrar ahí acojonado! Por aquel entonces aquello no estaba nada de moda! Había gente normal pero también auténticos forzudos que sólo había visto en las películas! El caso es que sin proponérmelo empecé a perder peso a toda máquina. Me di cuenta un día cuando se me acercó un chico del último año del instituto al que no conocía de nada para decirme JODER TÍO, COMO TE LO CURRAS, NO VEAS COMO HAS ADELGAZADO. Aquello me motivó mucho más que todos mis profesores de educación física juntos, incluido el que teníamos en F.P. que también era de la vieja escuela! Los kilos empezaron a ser reemplazados por músculo y cuando dejé de estudiar, como el trabajo me lo permitía por horario, decidí decirles a todos aquellos profesores en una carta enviada en una botella que jamás sería encontrada, que yo no era un patata, así que puse toda la carne en el asador. Gané 14 kilos de músculo en 9 meses. Literalmente la piel se me quedó pequeña y me quedaron estrías por todo el cuerpo. Los Forzudos a los que admiraba 3 años antes venían a preguntarme CUAL ERA MI SECRETO. Qué secreto? No hacía lo que se supone había que hacer? Lo que no hice durante años y me exigían? No había que sacrificarse? Pues eso hacía, levantar peso hasta que no podía más, hasta un día que me desmayé por el retorno sanguíneo... y comer como un animal para alimentar al nuevo chasis que lucía!

Lo del entreno era bestia, si, pero lo de la alimentación era demencial! Mi madre y yo aun lo recordamos entre risas! Iba cambiando de Huevería cada pocos días porque me zampaba media docena de claras de huevo al día. De merienda otra media docena, esta vez de yogures, eran engullidos (que no comidos). A las 6 de la tarde pedía 10 minutos a mis alumnos de la academia de informática para ir a hacer la segunda merienda, que consistía en una fiambrera con pechuga de pollo. Cuando en casa comíamos pizza estas eran caseras de verdad, y mi madre me hacía una sólo para mí, que ocupaba TODA la bandeja del horno... Esa frase normal en las familias de NIÑO COME QUE NO COMES NA... en casa se cambió por IGUAL NO DEBERÍAS COMER TANTO. Yo hacía caso omiso! Tenía un tanque blindado al que mantener! Ya no se me acercaban a preguntarme cual era mi secreto cuando iba al gimnasio, pero si en alguna ocasión para preguntarme donde conseguía los esteroides! Jajajajaja! Sólo me hubiese faltado eso! En caso de haber caído en el por aquellas fechas muy fácilmente accesible mundo anabólico me hubiese comido las ampollas antes de inyectarlas! En definitiva... hasta aproximadamente los 24 años estaba como un Toro. Un día había quedado con unos compañeros para ir a cenar y les esperaba fuera del restaurante. En un momento se hizo una mini cola de chicos y chicas junto a mi y a los 2 minutos el primero me preguntó si podían pasar, al haberse pensado que el local había contratado a un Gorila en la entrada! jajajaja! Esta narración sobre mi físico también sorprenderá a quien me conozca de 2 décadas a esta parte!

El caso es que, independientemente del deporte que practicaba, la actividad física se convirtió en algo indispensable para mi, y fuese cual fuese, debía hacerla a tope! Sin término medio! Y porqué? Porque según YO y sólo YO, yo era un patata, sin ninguna cualidad física destacable. Ni fuerza, ni resistencia, ni habilidad... me lo habían dicho durante muchos años! Así que debía esforzarme al 200% para llegar a estar al 50% de otra persona. Los años cambiaron la disciplina deportiva pero no la implicación. El ciclismo, el Correr, y la Marcha Atlética. En esta última especialidad como ya he contado muchas veces, es donde tal vez más destaqué si dejo de lado mi etapa culturista... y también en esta fase atlética fue en la única en la que me dediqué a Competir de verdad.

En mi caso el tópico es una realidad. Yo competía sólo para mi mismo. Mi rival era yo, nadie más. Era el lastre de ese niño gordito que no me dejaba dar zancadas más rápido, ni pedalear con más fuerza, ni levantar más peso... Me daba absolutamente igual la posición (aunque a nadie le amarga un dulce en forma de medalla). Tengo muchos mejores recuerdos de un bronce en un Campionat de Catalunya ganado sobre la misma línea de meta de Badalona que 2 oros de la temporada anterior, también trabajados, pero casi sin rivales! En mi penúltima temporada en activo esperé y me puse a tirar de un compañero de carrera que estaba apunto de dejarse ir, y luego me pasó en la meta quitándome otra presea! Y qué? No podía reprocharme nada a mi mismo y había vencido en la única competición que tenía ese día sobre la pista de Gavà, el hacer un papel digno ante mis ojos! Esa misma mentalidad es la que intento transmitirle a mis hijos, sobretodo a Erik, que es todo corazón y se ve en ocasiones penalizado por su bondad... el principio de que no pueda reprocharse nada a si mismo, independientemente del resultado.

Por desgracia es algo que queda muy bien a la par que viste mucho en la vida 2.0... el hablar de buenos propósitos, de las frases del Barón de Coubertín... Hablamos del colaboracionismo, del tirar unos de otros, pero a la hora de la verdad, muchos son los que necesitan un ranking en el que posicionarse lo más alto posible.

Creo que si alguien tiene ese afán competitivo, debe hacer eso mismo, competir, pero en el entorno adecuado! Fedérate como atleta y deja de vacilar a los compañeros con los que sales a correr cada domingo. Deja de alardear de tus conocimientos sobre cualquier cosa y apúntate a un concurso! Pero... qué necesidad hay de demostrar que eres el mejor en lo que sea fuera de la arena del Circo Romano? En los lugares de trabajo se llenan la boca de promover el compañerismo cuando luego te llenan los tablones informativos de gráficos de la productividad de unos Vs otros, por ejemplo! (no en todos, claro). Recuerdo una frase de un compañero y que tal vez ya he mencionado en alguna ocasión: Hay que brillar con luz propia y no apagar la de los demás. Tal vez habría que poner ese texto bien grande en muchos edificios corporativos! O eso o crear unas olimpiadas de trabajo, que tal vez las haya!!!

Esa híper competitividad queda muy patente cuando entras como novato en CUALQUIER puesto de trabajo. Los nuevos compañeros no te conocen pero, parezcas mejor o peor persona, algunos por no decir muchos te verán como una potencial amenaza. Entonces sacan su Híper Competitividad y deciden retarte en competiciones en las que nunca podrás ganar al llegar de novato! Comienzan a demostrarte que son mucho mejores que tú en cosas absurdas! A mí me han llegado a vacilar por saber donde estaba la puerta del despacho del encargado de la fábrica y yo no! En esos primeros días algunos tendrán esa necesidad imperiosa de dejarte bien claro que saben cosas o son capaces de tareas que tú NO, cruzando en sus mentes en primer lugar una imaginaria línea de meta y celebrándolo ya no tan imaginariamente! Atención! Algunos novatos tampoco se libran de ser unos "cracks"!. Son esos que llegan y desde el primer minuto empiezan a cuestionar el porqué la papelera está aquí, porqué usas esta mano y no la otra para coger el teléfono, te dan "consejos" sobre como organizarte mejor que no son mucho más que "se te ve que eres desorganizado"... Si! Seguro que vosotros también habéis tenido novatos de esos! Del tipo que crees que es algún tipo de nuevo jefe infiltrado!

Cuando veo, fuera de los auténticos ámbitos deportivos esa competitividad insana siento una repulsa absoluta, y siempre, SIEMPRE me pongo de parte del novato que no sabe donde está nada, del que se le caen las cosas por el nerviosismo, del que va más lento en una máquina porque nadie le ha explicado nada... supongo porque veo a ese niño gordito al que en lugar de llamarle IMBÉCIL GORDO APLASTANIEVES debieron aconsejar y reconocer positivamente.

Ni siquiera en los ámbitos educativos, siendo alumnos, y suponiendo que todos estamos allí para aprender, dejamos esa faceta de SOY EL MEJOR de lado. Hace 2 días tuve también otro suceso curioso! Acudiendo a una pequeña formación que hago a modo de mejora continua el Formador nos estaba explicando el principio de las 5 S (que no explicaré aquí más que para decir que se basa en la importancia del Orden como base de la calidad y eficiencia del trabajo). Como buen docente, había preparado un juego en el que nos dividíamos en 2 grupos y que en sus 3 fases tenía como objetivo que todos viésemos la importancia del orden de cara a optimizar un proceso. El juego era muy simple: 2 equipos con un "trabajador voluntario" y varios "ingenieros". Habían una piezas mecánicas consistentes en unos ejes roscados, unas arandelas y tuercas de diferentes colores, y un dibujo de muestra de 5 piezas iguales que debíamos montar a su imagen y semejanza, respetando el orden de las piezas y su correcta ubicación. Como dije, habían 3 fases. En la primera el supuesto Jefe indicaba a los 2 trabajadores voluntarios poco más que HAY QUE HACER ÉSTO Y AQUÍ TENÉIS EL MATERIAL. Todas las piezas estaban mezcladas y lejos del puesto de trabajo. En la segunda el equipo podía coger las piezas necesarias y llevárselas a la mesa de su trabajador para de nuevo, montar los 5 productos. En la última fase, "los ingenieros" debían trazar una estrategia de montaje para optimizar el tiempo, explicársela al trabajador y, al igual que en la fase anterior, disponer las piezas de la mejor manera posible. Lógicamente en la fase 1 se tardó como 20 minutos en montar el producto, en la 2 menos de 10 minutos, y en la 3 no se llegó a 4. Yo me presenté como uno de los voluntarios que operaría con tuercas y roscas... Cuando acabó la primera fase el Formador preguntó a cada equipo de ingenieros, que sólo debía observar, qué problemas habían detectado. Estaba claro que, con toda la impartición que habíamos recibido y por sentido común, que los problemas eran que las piezas estaban mezcladas, independientemente de tipo, color... que el trabajador debía desplazarse cada 2 por 3 a mirar el plano de muestra, que debía usar su criterio propio y no un método establecido, y que todo eso se traducía en una pérdida de tiempo y en un esfuerzo superfluo. Bien... hubieron 2 o 3 "ingenieros" que lo captaron, pero el resto se dedicaron a decir cosas que siempre empezaban con un LO QUE TENÍA QUE HABER HECHO ES... o YO LO HUBIESE HECHO... y empezaban a narrar su habilidad en motricidad fina para roscar más rápido, empezar por tal lado del eje y no por el otro, incluso hubo uno que, según él, hubiese roscado por 2 lados a la vez!!! Tratad de imaginar la escena de alguien sosteniendo un eje y roscando 2 tuercas, una por cada lado, en sentidos opuestos!!! El tipo debía tener las muñecas de Robocop pues según él era el mejor sistema! El caso es que articulaciones mecánicas aparte, la mayoría no se estaban centrando en el verdadero problema sino en que el operario no lo hacía tan bien como ellos lo hubiesen llevado a cabo!!! No necesitaréis de mucha imaginación para suponer que, al pasar a la segunda parte del juego y pedir el profesor si alguien quería ponerse como nuevo trabajador, nadie dio un paso al frente!!! Repetimos 3 veces como currantes! También fue curioso como en la última fase "mi equipo de ingenieros" gastaron todo su tiempo en desarrollar un plan de acción excelente pero que no me explicaron en ningún momento! jajajajaja! Ellos lo tenían claro, pero tanto daba que yo no!!! Y luego les faltaba sacar la fusta para que ganase al trabajador rival cuyo cuerpo de mentes pensantes habían compartido sus ideas!!!

Otro tema de ayer mismo... Tras el entreno de atletismo que hacen mis 2 hijos en categoría pre-benjamín y benjamín se me acerca un niño del grupo de mi hijo, un niño de 8 años y tras quedarse mirando a mi pequeña me suelta CASI SIEMPRE QUEDA LA ÚLTIMA... Estaba hablando de las pruebas que hacen en sus juegos/entrenamiento pero... da igual! Como si son las Olimpiadas! El niño de los coj... creyó importante el compartirlo conmigo. En eso soy muy burro y lo de "son cosas de críos" lo relativizo mucho, pero me mordí la lengua y en lugar de decirle que en educación llegaba bastante antes que él, le comenté que aun no tiene 5 años... El crío en cuestión apunta maneras competitivas, aun siendo del mismo equipo que mi hija.

En definitiva, todo sería mucho mejor si dejásemos la competitividad para los lugares indicados. Ojalá el sentimiento de equipo evitase eso tan común de NUESTROS ÉXITOS Y TUS FRACASOS... pues los fallos tienden a personalizarse para no "apestar" al resto de la comunidad... Yo seguiré intentando brillar con luz propia, aunque sea con los poquitos Watios que me midieron Mamón y Quesito... a quienes, todo hay que decirlo, les he dedicado "con cariño" mis pequeños triunfos en la pista y en la carretera, compitiendo donde tocaba.

5 comentarios:

  1. Estamos enfermos de competitividad, pero lo más importante de toda la entrada es el comentario desagradable de ese crío.
    Como bien dices, no son cosas de críos, pasarán los años y su imbecilidad irá en aumento, y todo porque cuando era momento de correjir su actitud, nadie lo hizo.

    Venga, la próxima entrada céntrala en este tema.

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  2. David, gracias por comentar y por no hacerme sentir solo en mi pensamiento sobre el niño aquel... Realmente en el caso que nos ocupa tiene todos los rasgos para acabar siendo un perfecto imbécil adulto... el tiempo pone a cada uno en su sitio, pero mientras tanto va jodiendo a unos cuantos por el camino... Helia no le hizo ni caso, pero que no lo muestre no quiere decir que no le afecte...

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  3. Increíble cómo eran los profesores de nuestra EGB, yo presencié verdaderas barbaridades que hoy serían calificados, cuando menos de acoso... Por suerte, a mi no me tocó sufrir ninguna y hay algo de lo que suelo jactarme con orgullo: siempre defendí a los más débiles y a los que solían pagar el pato por su físico o por su despiste o lo que fuera; en más de una ocasión me di de tortas por eso y, lo repito, me alegro por ello siempre que me acuerdo.
    Por otra parte, soy tan poco competitivo que caigo en el lado del defecto: ni el deporte ni el trabajo me han motivado nunca para competir y eso me ha perjudicado, sobre todo en el tema laboral; en el deportivo con hacerlo todo solo me basta jejjeje
    Tu relato es esclarecedor y, de algún modo, creo que te ha servido para exorcizar de nuevo esos pequeños demonios de la infancia. Yo te conocí ya en la 'versión' pura fibra y así te recuerdo jajjaja
    Un abrazo Hermano!!! Wassail!!!

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  4. Y en cuanto a lo del compañero de Helia, habría que conocer a los padres para (comprobar) saber de dónde viene tanta mala leche... Los hay que vaya tela...

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    1. Alex, desde luego que tu actitud en el cole es para estar orgulloso. Partirse la cara por el débil cuando lo que se lleva es camuflarse entre la multitud cuando no apoyar al "fuerte"... Sobre los padres del que hizo el comentario a Helia, no puedo opinar, simplemente llegan, dejan al niño, vuelven y se lo llevan en silencio mientras miran el móvil... Un abrazo! Wassail!

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