Como diría Apolo 1138, la siguiente entrada contiene material sensible... recomendamos discreción...
Ya nos vamos conociendo... hace ya casi un mes de mi primera publicación en este blog, cuyas motivaciones fueron relatadas en dicha entrada. Algunas de las ideas que tenía en mente para compartir con aquell@s que fuesen tan osados como para leer lo que tenía que contar, fueron redactadas mentalmente tiempo atrás. Algunas de ellas más serias, algunas más "históricas" y trascendentales, y otras en las que trataba con humor algunas anécdotas del pasado que me dejaron marcado.
...pero hay una historia que hasta ahora mantenía oculta en lo más profundo del baúl de mi memoria, escondida en un sobre lacrado cuya apertura cambiaría todo. Una de esas conversaciones que nunca se tienen con los amigotes en un bar, ni siquiera apurando las cervezas que se dejaron los de la mesa de al lado cuando ya acabaste con las propias... Un pensamiento que crees te llevarás de compañero en el viaje hacia el más allá... Pero como decía antes, ya nos vamos conociendo, y la embriaguez del Blogger me hace perder la vergüenza... Si, vergüenza perdida, como aquella noche, con aquel anuncio, con el que perdí toda esperanza...
... Era una noche cualquiera, precursora de un fin de semana que mi soledad sentimental recién adquirida presagiaba como incierto. Alargando el momento de irme a dormir, fui zapeando por diferentes canales con la esperanza de encontrar una de esas películas que te llaman la atención y que, vete a saber porqué, sólo les dan por emitir a altas horas de la noche... (no!!!! no estoy hablando de las que había que ver con los ojos entrecerrados para decodificar sin pagar!!!). Oh! que sorpresa! Fui a parar con un canal de Teletienda.
... Aquel anuncio parecía estar pausado, esperando que YO sintonizase la frecuencia adecuada, y, en cuanto lo hice, vaya si se puso en marcha! Aparecía un presunto científico/doctor, y, a bocajarro, como si fuese Harry el sucio ante un maleante tirado junto a una fuente/geiser, descerraja: "Un pene se considera normal cuando mide 15 centímetros". Mi primer impulso fue el de reir, pero no fue una risa de esas que sueltas con insultante seguridad, sino más bien esa mueca que finge una sonrisa cuando se te acerca un grupo malcarado por la calle y te pide la hora. Lo súbito de semejante afirmación me hizo pensar en que estaba apunto de presenciar algún anuncio con un tratamiento en pastillas, o alguna crema milagrosa con el que alargar "al rey de la casa", bueno, quien lo necesitase, jajaja! pero... un momento... cuantos centímetros ha dicho??? La risita se me atragantó un poco cuando vi que aquel hombre, que lucía bata blanca, tenía rotulado su nombre y número de colegiado en Andrología en pantalla. Sabemos que los anuncios no mienten, así que seguro estaba apunto de sentar cátedra. Mi antaño gesto feliz seguro se había tornado en una mueca estúpida... cuanto??? Tssssss... silencio! El Doctor seguía hablando! Puntualizaba que esa medida normalizada podía variar según razas o países.
Sentí alivio, seguro que aquella "normalidad" estaba homologada en alguna raza sólo conocida por antropólogos, y en un país de esos que sólo visitaba Indiana Jones... Pero no dio más datos al respecto, eso si, pasó a cuantificar, claramente, en sistema métrico decimal, lo que se consideraba grande, muy grande, y, llegamos al quid de la cuestión, especificó bien clarito que "los penes menores de 14 centímetros se consideran... (aquí hacía una pausa dramática) pequeños".
Bien, que no cunda el pánico pensé... Las medidas de grandilocuencia y de muuuy grandilocuencia se me antojaban más bien como esas tablas de distancias entre ciudades que vienen en los diccionarios y en las agendas de trabajo, pero había dicho muy, pero que muy claro, CA TOR CE CEN TI ME TROS SE CON SI DE RAN .......................... PE QUE ÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑÑOS!!! Doctor... con estos temas no se juega, está hablando en serio???, pero la bata de ese señor era muy blanca, tenía cara de usar gafas aunque no las llevase, cosa que, todos sabemos, es signo de sapiencia (esperad que me las pongo...), y su número de colegiado estaba ahí, bien rotulado, bien clarito!!! Además era un anuncio, y, volvemos a decirlo, los anuncios nunca mienten! Jamás había sentido la necesidad de tomar medidas en el asunto, nunca mejor dicho, pero aquel hombre, con su carrera universitaria, su bata blanca, y su tabla de medidas, me estaba llamando a hacerlo! Pero el anuncio sólo llevaba 20 segundos, y ojo, que continaba!!!
Acto seguido se veía un hombre desnudo, y tapando sus vergüenzas con una mano y la cara con la otra, en gesto de tragedia griega, dejando entrever que realmente dichas vergüenzas lo eran! Una voz en off daba crédito al Doctor y decía con voz elocuente EL TAMAÑO SI IMPORTA, y además estaba escrito, allí, junto a aquel pobre hombre!!! Temía que se apartase la mano de la cara y que tuviese mi rostro! Que ya lo había leído! Pensaban que era sordo? Si, ya lo entendí! El tamaño Si Importa. No hacía falta que metiesen el dedo en la llaga. La voz seguía narrando, hablando de un principio físico, el principio físico de la tracción, que según decía (y seguro que en cualquier momento aparecería el Señor Batablanca, con su número de colegiado bien visible para respaldar sus afirmaciones), se usaba de manera frecuente en la cirugía moderna.
A ver... alto!!!! Como decía Jose María García... PARA LA CINTA!!! Debíamos llevar medio minuto de anuncio y un, ya no presunto, Doctor había girado mis conceptos aprendidos en Barrio Sésamo sobre lo que es grande y lo que es pequeño... y luego un desconocido hablaba sobre cirugías modernas, principios de tracción... todo mientras aquel hombre desnudo y musculoso se lamentaba mientras se exhibía! Noooo!!!! Yo necesitaba y necesito las cosas poooooco a pooooooooco, y las malas noticias comunicadas con delicadeza. Mientras se me nublaba la vista, aun alcancé a ver un nombre escrito junto a un teléfono, un montón de Euros... ANDROPENIS. Creí que sería algún ente extraterrestre que por la cantidad indicada, tras una llamada telefónica, te abducía y te devolvía a la tierra con un "tamaño razonable", o, por el importe a desembolsar, al menos te liberaba en un país donde la medida conseguida con su tecnología de otra galaxia, se le considerase a uno normal... Pero no, ANDROPENIS no era un personaje descartado por George Lucas para Star Wars, era un Revival de un viejo aparato de tortura medieval, que, acto seguido, iba a presenciar y a contemplar con dolor, como se usaba!
Aparecía otro cuerpo desnudo, y ahora sin tapujos, que sujetaba a su mejor amigo y le colocaba un aparato que tenía aspecto de cualquier cosa menos cómodo. Dicho aparato tenía 2 anillos... uno quedaba junto al cuerpo, y el otro, literalmente extrangulaba al colega mientras 2 pequeñas barras de metal alejaban ambos anillos entre si!!! A buen seguro, dejarían de ser amigos, pero la voz en off aseguraba que funcionaba, que era comodísimo, y que, una vez cubierto aquel engendro bajo los calzoncillos, podías continuar tu vida con total normalidad! Supongo que con toda la normalidad del mundo si eras un Cyborg, porque el trasto lo he descrito con mucha sencillez, pero tenía tiras de goma y aparejos mil, de forma que parecía más bien una protección genital usada por Predator cuando quedaba para jugar a Hockey sobre Hielo. Pero... aquel tipo no tenía un miembro con un tamaño que yo tuviese por pequeño! Sin embargo estaba usando aquel potro de tortura! Algún motivo debía tener! Como había tomado medidas? Qué estaba pasando???
Tras contemplar una visión lenta de una snuff movie andrológica, aparecía una chica, dispuesta a dar testimonio. Aquella mujer estaba dentro de su coche, parada en algún lugar, contando a la cámara como su novio David estaba preocupado por la longitud de su hombría. Bien! Un atisbo de esperanza! A ella no le importaba! Era él y sus tonterías! Tssssss.... que seguía! Ella para ayudarle buscó en bibliotecas de Internet que Gandalf no encontró cuando se documentaba acerca del Anillo Único, y llegó a la conclusión de que aquel aparato Alienígena era lo que más garantías aportaba para la felicidad de su novio, así que se lo compró, y explicaba como David andaba muy contento ya con una medida que no eran longitud sino distancia, y que, aquí lo importante, ella también estaba de lo más feliz, pues él había adquirido más grosor!!! Como????
Oye guapa!!! Que el Doctor con número de colegiado y bata blanca no ha dicho nada de grosor!!!! Eso también cambia según razas o países? No alcanzaba a cambiar de canal... mi mano temblorosa era fiel reflejo de mi nueva realidad. Yo sospechaba que cuando las chicas decían que el tamaño no importaba, lo hacían con la misma convicción con la que definían a Johny Depp como "no es el típico tío bueno pero tiene una belleza especial"... Ahora el Doctor, con sus años universitarios, su MIR, y su bata blanca, la voz en off, el rótulo, el David de Miguel Ángel hecho carne consternado por tus carencias, el grandullón del video demostrativo, y la novia de David, si, esa chica que no podía esperar más a contarlo, que tuvo que detener su coche en un semáforo, en doble fila, o lo peor, delante de una boca de incendios para contar como encontraron la solución a su problema, todos ellos, estaban dejándome bien claro que Johny Depp era un mazizorro, y que yo era un pichacorta...
Sólo tenía 2 opciones, porque comprar el Andropenis no era una de ellas. Mudarme a un país en el que certificase, previa llamada al Doctor Colegiado Batablanca, que cualquier medida se considerase normal, o bien hacer lo que no hice en mis años de pubertad, cuantificar mi angustia cinta métrica en mano, y tener la esperanza de que el 14.1 fuese el resultado de la medición. El teléfono del Doctor no aparecía en pantalla, así intenté llamarle al 902 que vendía el artilugio, pero allí sólo sabían preguntarme por mi tarjeta de crédito... Debía guardar mi dinero para el cambio de país, así que colgué...
Quedaba la opción más difícil, enfrentarme a la cruda realidad de la métrica, pero sólo disponía de un metro metálico, si, de esos que se guardan solos con sus cantos afilados a 1000 por hora. Mi estado anímico tras el anuncio no era el idóneo para que "mi problema se pusiese en situación", y el pensar en que un retroceso inesperado de la cinta métrica metálica cercenase de una vez mis esperanzas, negándome por amputación el visado a cualquier país de la lista del Doctor, me hicieron abandonar, y mantener la cruel duda de si tuve que volver a llamar al 902, adquirir el Andropenis, y así ser reconocido por la ONU en cualquier país del mundo como personal "normal"...
Hasta aquí una de las confesiones más duras de mi vida... nos vemos la próxima semana, escribiendo desde quien sabe qué país...
EPITAFIO: Os lo aseguro, y esto no es por añadir otro brochazo de humor al asunto... Estoy apunto de publicar el texto y descubro que, a la izquierda del portátil, junto al móvil, no sé qué hace ahí pero tengo una cinta métrica metálica Stanley de 5 metros... Jajaja! Sé lo que estáis pensando... si me sobrarán 4 metros y 86 centímetros de la misma o un poco más...
Éste es el Blog de un marchador dejó de marchar, de un guitarrista que no sabe tocar, de un metalero que no va a conciertos, de un vikingo que no planea salir a saquear, de un aficionado al cine que no ve películas, de un padre que... bien de padre si que hago! En definitiva, tal vez es el blog que no deberías leer!
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¡¡¡Juajuajuajua!!!! Pero bueno, te vas a convertir en un referente para los guionistas de los monólogos de El Club de la Comedia hermano... ¡¡¡Lo que me he podido reír!!! Pero esto no se hace, nononono, no nos puedes dejar con la duda, ¿escribes desde Asia o desde África? jajjajaja
ResponderEliminar"Si te sirve de consuelo", yo creo que todos los tíos, en algún momento de nuestra vida, hemos hecho algo, por estúpido que pudiera parecer, para dotarnos de algún centímetro extra... Yo creo recordar haber visto lo de este aparato, pero siempre me atrajeron más los mejunjes en forma de inofensiva crema, en caso de que sus supuestas virtudes agrandatorias no fueran reales o eficaces según de qué país provinieran; y la venta de estos productos debe funcionar igual de bien hoy que antaño porque las páginas subidas de tono están llenas de publicidad de aparatos, plantas y lociones que prometen larguras y grosores dignos de los protagonistas que aparecen en esas mismas páginas... ¡¡Que gilipollas somos los tíos con estas cosas!! jajjaja
Un abrazo y cuidado con los artilugios raros!!!
Alex, contestar desde donde escribo es un arma de doble filo... si digo que desde Asia puedo desvelar el resultado de la presunta medición, y si digo que continúo aquí, puede pensarse que compré el aparato! jajaja! Si, aparentemente nadie se preocupa por eso, pero la industria ofrece en respuesta a una demanda! Te dejo, que espero una llamada del Doctor :P
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