Hoy hace 20 años del primer día que me desperté y que ya no estabas... Quedaba el último "trámite", el verte otra vez inmóvil, y como luego hacías compañía a un montón de historias anónimas, en una pared de Montjuich.
No hace falta que te lo explique, porque sabiendo que la Mama va por ahí a menudo, tu parte de pared está impecable. Cada vez que le acompaño y nos aproximamos, ella siempre dice lo mismo "mira que ha hecho mal tiempo, pero su cristal siempre se ve limpio". Suena un poco a lo de hablar del tiempo, pero es que es verdad... tu parcela reluce. Ahí, entre tanta piedra, flores nuevas y viejas, escudos de equipos de futbol, más figuras religiosas que en un belén... la tuya brilla y no sólo por los repasos que le da ella, si no por su sencillez, con casi el único adorno de esa figura de un perrito, que la Mama puso cuando Apolo quiso ir a buscarte, poco después de un mes de que te fueses... para que te hiciese compañía.
No sé si he aprendido algo en estos 20 años. Me refiero a si he aprendido algo de verdad. Mucha gente me decía que si, que dentro de la desgracia, me volvería "más hombre", al tener que llevar muchas responsabilidades. Joder... me sigo considerando un crío con 44 años, y con 24 no quería tener que ser el único que aguantase entero cuando salimos los tres de hablar con los cirujanos, ni aguantar sereno mientras escogíamos con el del seguro tal o cual detalle, ni que la chica aquella de la entrada del cementerio me hiciese poseedor de las llaves de la puerta de un nicho, con una pompa que ni que me diesen las llaves de los misiles... vaya mierda! Yo quería estar llorando, sin preocuparme de nada más, y en lugar de hacerlo ahí, tenía que dejarme ir cuando entraba en el almacén de la tienda de instrumentos, con la excusa de buscar tal o cual cosa, y de paso cargarme no se cuantos parches de batería y un montón de baquetas de pura rabia y dolor.
Tampoco quería tu puesto en la fábrica. Tampoco quería librarme de la Prestación Social Sustitutoria "por mantenimiento familiar"... joder... menudos regalos. Te quería ahí, en casa, pudieses o no trabajar, y yo seguir trabajando por cuatro duros metido entre guitarras, y tener que decirle a la jefa que no, que no era verdad que había hecho la mili, y que me tenía que ir a pringar 8 horas diarias a la Cruz Roja, y hacerme mayor, y que tú te hicieses viejo... eso quería, no esa puta mierda...
A veces le digo a la mama que de lo que más miedo me da es que, el último día que te vi "bien", la madrugada del martes, cuando te ingresamos en el hospital, te creyeses que me iba de ahí enfadado contigo. Joder... es que lo parecía... Estabas a no se cuanto de fiebre y te tenían sentado en una camilla de hierro, sin habitación a la vista, sin que nadie te pusiese ni un termómetro, y teniéndome que tragar que una enfermera me dijese de mala manera que qué hacía yo ahí. Y si, me fui con un cabreo de cojones... y encima tú eras quien me quería tranquilizar. Que puto egoísta fui, y que puto egoísta soy. Encima tampoco fui a verte aquel viernes... porqué "nosequéteníaquehacer"... y si, te vi luego un montón de veces, flipando de lo fuerte que eras... en la UCI, inconsciente, a 43 de fiebre, con mantas de hielo... 2 semanas. Yo no hubiese aguantado ni 2 horas.
El viernes, cuando te bajaban a operar, coincidimos en el ascensor con un compañero del cole, de EGB. Me hice el despistado... no quería que me reconociese, ni que me preguntase como estaba... Muerto de miedo... así estaba. Menudo reencuentro le iba a dar a Jordi, no? Sé que es estúpido, pero me siento culpable también por lo asustado que estaba, porque en realidad, no tenía ninguna esperanza de que saliese bien... Era como tirar una piedra con los ojos vendados y querer acertar a un palillo escondido en medio de la nada... pero pienso... y si hubiese tenido más esperanza? Hubiese cambiado algo?
Ahora me he acordado... el día de antes jugaba el Barça, contra el Atlético de Madrid, creo... una semifinal de algo... lo grabé, por si aquello iba bien, y aunque fuese meses después, lo podías ver. Ese fue mi mayor gesto de esperanza.
Vaya... lo de la escritura automática no sé si funciona... estoy dejando ir sólo lo malo...
Ah! Ahora caigo... una cosa buena que si he aprendido... o mejor dicho, que me están enseñando Erik y Helia. Desde muy pequeñitos me empezaron a preguntar, cada uno por su lado, sobre "el otro yayo". Yo les he hablado sobre ti con la mayor naturalidad que he podido, desde el primer momento en el que me preguntaron, y porqué no estás ahí. Así, el primer gran misterio del cual preguntan los niños, ya está "resuelto"... y vaya que si te conocen. No hacen falta que vean fotos tuyas, que también lo han hecho... les digo que miren al papa, me hagan más alto, y ahí te tienen.
Si, cuanto mayor me hago, más te veo en el espejo... Ya casi tenemos la misma edad! Recuerdo que hace otro porrón de años, hablando con el psicólogo, al explicarte lo tuyo y la edad que tenías, se encogió un poco y dijo "ui... si que era joven... yo soy un año mayor"... Entonces pensé que si, que muchos años no eran, y que el sobrecogimiento del doctor era por su proximidad en la edad... Ahora que tengo casi los mismos años que tú, y sabiendo como eras de pensamiento, me doy cuenta de lo prontísimo que te fuiste.
Cuando ya llevaba tiempo trabajando en tu puesto, en la fábrica, y me fui ganando la confianza de la gente por quien era yo, y no por ser tú hijo, me alegró mucho saber en lo que te quería mucha gente, sobretodo los jóvenes. Iván me explicó un día que le habías hablado de mi y del Manel, que eran más o menos de su edad, de que estabas siempre con "ellos" y no con los mayores... y de como se paró todo cuando se enteraron de lo que pasó... También tengo como muy buen recuerdo, cuando al poco de haber sido el mejor en las pruebas que convocaron para entrar como ayudante del jefe de producción, en la oficina, la Conchi, la mujer de la limpieza, me dijo de lo que se acordaba de ti y de lo orgulloso que estarías de mi viéndome "ahí arriba". Si, es un tópico... pero me sentí muy bien, y de que, aunque estaba haciendo algo que no me gustaba nada, si que estarías orgulloso. Lo mismo me dijo el Nevado, con su voz de Bellotero, cuando me cogió las manos y gruñó "miraaaaaa!!! se le están poniendo los deos finos!!! De oficinihta!!!!". Lo mejor de aquello no era mi reconocimiento, si no el ver como te recordaban.
... y claro que yo también me acuerdo de un montón de cosas buenas... ahora me vienen a la cabeza unas cuantas... de cuando me llevaste a la Farigola el primer día de Primero... y como habías desaparecido en cuanto sonó el timbre para empezar... de cuando tú y la mama hablabais claramente con los Reyes Magos mientras yo y el Manel no podíamos dormir, y les invitabais a tomar un café... de cuando fuimos al campo de fútbol del Carmelo, a un equipo le faltaba gente, y te pusiste a jugar con pantalón de tergal y camisa, como siempre ibas, de que no bajabas el volumen cuando de adolescente yo iba en el asiento del acompañante del coche y no hacía más que poner cintas de Metallica y de Anthrax... una vez chasqueabas los dedos y todo! No creo que te gustasen! Tampoco creo que te gustase como tocaba la guitarra, pero tampoco nunca te quejaste del volumen ni de la interpretación... de cuando te ibas a trabajar habiendo yo llevado previamente el bocadillo a mi habitación, para que así pudieses levantarte corriendo y cerrar la puerta esquivando al Apolo, que menudo cabreo se cogía al irte... y claro... de los pedazos de bocadillos que te metías en 15 minutos en la fábrica! Eh! si alguien está leyendo... barras de medio!
... Una cosa que flipaba, que siempre le explico a Vanesa y a Erik... las operaciones aritméticas que hacías! Yo no entendía nada ni de bien adulto! Te veía ahí, enfrascado en tus pensamientos, con un trozo de papel y un boli... yo te preguntaba que qué hacías, y tú me decías "números"... luego cuando te ibas yo revisaba el papel buscando algún secreto y veía sumas de 50 números de 5 cifras cada uno, multiplicaciones inacabables... raíces cuadradas y raíces cúbicas!!! Acabo de descubrir que mi móvil tiene raíz cuadrada y tú hacías cúbicas a pelo!!!???
Recuerdo que sabías de un montón de cosas... de cosas que yo no tenía ni idea, y de otras que yo creía conocer muy bien! Mis amigos del instituto siempre me decían que flipaban contigo... que venían a casa y podían hablar de cualquier cosa. Un día salí de buscar algo en la habitación y estabas hablando con el Fernando sobre el ranking de sueldos de los jugadores de la NBA... bueno... tú se lo estabas explicando a él, con el apunte de que el comisionado era el mayor asalariado de la liga.
Cada vez me veo reflejado en ti en más cosas... y no sólo en el espejo. Cuando le explico cosas a Erik, sobretodo sobre los animales que tanto le gustan, recuerdo cuando eras tú el que me lo explicaba a ti, y luego yo lo plasmaba en las redacciones de naturales del cole, todo orgulloso de lo que me habías enseñado... yo ahora lo tengo muy fácil, como todo el mundo, con el acceso a la información que tenemos, pero no entiendo como entonces sabías de tantas cosas.
Casi que voy a ir acabando... hoy no pienso repasar nada de lo que escribo... ni buscar sinónimos, ni fallos ni nada... Prefiero emplear el tiempo en seguir con tres recuerdos más... unos que para mí son muy bonitos... y que representan diferentes cosas... de nuevo... recuerdos sencillos...
Uno: Para un cumpleaños tuyo, el Manel, que era muy pequeño, cogió todos sus ahorros, se fue al videoclub, y alquiló una película que había reservado. Tu película favorita: La Muerte tenía un precio. Joder como te quería...
Dos: Un día en casa, hablando con el vecino sobre que tú no habías hecho la mili, porque fuiste de aquel "viejo" excedente de cupo, porque en el sorteo que hacían salía que tu fecha de nacimiento era de las "agraciadas"... el vecino negaba y negaba que pudiese ser verdad, porque un primo suyo era del mismo año pero que su fecha de nacimiento era otra y se libró... el tío no hacía más que repetir "Manuel... mi padre me dijo que discutiese pero que no porfiase, pero es imposible que..."... mientras repetía aquel mantra, yo pensaba, que quien mejor que tú, que eras el que te habrías librado, iba a saber si era verdad o no, a la vez que también pensaba que su padre también le podía haber enseñado a callarse la puta boca! jajaja! Mientras tú le ibas mirando y sin decir nada le ibas dejando cada vez más evidencia ante el resto de los tertulianos... sin decir tú una palabra, sólo con el gesto! jajajaja
Tres: Una postal de felicitación de navidad que le hiciste a la Mama. Ahora se llevan mucho... no sé si entonces también. Ahora con un programita es muy fácil, entonces suponía un montón de pasta, que no teníamos, e ir a un estudio... Era una foto conmigo y el Manel. Él se ve muy pequeñito... casi un bebé... habían adornos navideños superpuestos, en blanco y negro, y escrito con tu puño y letra: "Para nuestra Mamá, con todo nuestro cariño", y habías hecho unas firmas nuestras y todo...
Joder Papa... sabes que creo que nunca te dije Te Quiero? Vaya mierda tenerlo que decir así... A ver si pronto paso a verte, ahora con Helia, que aun no ha ido... y seguro que tu parcela está como siempre, igual que tú, sencilla, y brillante.
..y lo que le gustaban las novelas del oeste, los cómics de la Espada Salvaje de Conan que me compraba y se los leía (los de x-men, decía que eran muy raros), los discos de Iron Maiden que escuchaba cuando nos los poníamos, cuando discutíamos (en esa fase tan tonta que es la adolescencia) venía por la noche a la habitación, se sentaba en la cama y se disculpaba mientras uno seguía fingiendo que dormía...claro que sabía que lo queríamos, pero uno no piensa en decirlo a una persona que crees que siempre va a estar allí...
ResponderEliminarUn montón de buenos recuerdos... y los que faltan por decir!
ResponderEliminarOjalá hubiera llegado antes a tu vida para haberle conocido.
ResponderEliminarAl menos los peques y yo tenemos tus recuerdos para tenerle presente. Y es que Erik con año y medio ya preguntaba por él... siempre tan despierto.
Gracias a tu memoria siempre tendrán dos abuelos, aunque uno esté con Sam... cuidándoles desde el cielo.
Ojalá... así va la vida...
EliminarPerdí al mio cuando contaba tan solo 57 años. Una putada...y incapaz de ir a verle, incapaz. Duelo mal elaborado me dicen...quizás una manera de querer pensar que aún sigue vivo, que no está ahí dentro...no está.
ResponderEliminarYo siempre digo que la muerte no llega nunca en "buen momento"... por temprana, por tardía, por inesperada, o por larga y viéndose venir... lo mismo pasa con las reacciones de los que quedamos... muchas, de muchos tipos, y pocas buenas... ánimo y un abrazo
ResponderEliminarBueno Hermano, casi con lágrimas en los ojos estoy macho... Me has emocionado... De verdad, estoy con el corazón en un puño y los pelos como escarpias.
ResponderEliminarUn precioso homenaje a tu padre, has desgranado tu dolor y tus recuerdos de manera impresionante. Yo tengo la suerte de tener todavía a mi padre y a mi madre y no me puedo imaginar lo que duele tu pérdida; como dices en el comentario, no hay momento bueno para la muerte, pero supongo que el haber alargado lo máximo posible la vida es un consuelo, en tu caso y como escribió Miguel Hernández en su sentida elegía a su amigo Miguel Sijé: "temprano madrugó la madrugada"...
Siento tu pérdida y siento que el dolor se alargue tanto.
Emocionado sigo...
Un abrazo!!!
Gracias como siempre, Alex, por tu comentario. Me sentí fatal durante todo el día tras escribir esto... demasiados recuerdos malos, aunque por supuesto, muchos buenos. Un abrazo.
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