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miércoles, 2 de mayo de 2018

MUSICAS EN LA VIGILIA

La Vigilia... adoro tanto esa zona (porque no sé si denominarla hora... creo que es un territorio aparte!)... Si, la adoro tanto como la odio! Cuantas veces me he debatido conmigo mismo a lo largo de esas horas en las que no estás ni despierto ni dormido y, no sé si os pasa, adquiero una lucidez mental fuera de lo común!

Os animo a prestar atención a ello. En esas noches en las que sea por lo que sea (normalmente por algo no demasiado agradable aunque en ocasiones el nerviosismo puede ser preludio de algo bueno) no hay manera de conciliar el sueño caigo en un estado de claridad mental cristalina. En muchas ocasiones me perjudica ya que detecto problemas de mi futuro inminente donde antes no había sido capaz ni tan solo de dirigir mi atención. Es como si la mente se focalizase sólo en una cosa y se adquiriese una capacidad de concentración brutal! Pero ah! Otras veces esa casi clarividencia me ha ayudado y como! Entuertos a los que no veía solución se revelan fácilmente derrotables! Muros que parecían inexpugnables caen con una simple idea aparecida en la vigilia!


Cuando algo así me sucedía pensaba "no puede ser... estaba medio dormido y sólo ha sido un sueño... no tiene ningún sentido", pero luego aplicaba esa iluminación al problema y ZAS! Resuelto! En mi época estudiantil me pasó varias veces y, en 2 o 3 casos, esa cualidad fugaz cual cometa me hizo resolver como se tocaba tal o cual riff de guitarra! Si! No se trataba de saber trastes solamente, sino de combinar movimiento de púa con saltos de cuerda y dedos de la mano izquierda! Lo "soñaba", me levantaba de la cama, agarraba a mi vieja Starfield y como si ella también hubiese sufrido ese estado de trance, ambos sacábamos aquella melodía que se nos antojaba como una montaña infranqueable.

Pero en esa misma zona también he tenido descubrimientos musicales maravillosos. Ese mismo filtro del "entre sueño" me ha hecho fijarme en músicas y en canciones que había oído pero no escuchado... Desde hace muchos años que me gusta dormir con música... No tenía porqué ser algo tranquilo, pues dependía de mi estado de ánimo. El Black y el Death Metal pueden hacer mucho por un sueño reparador. En varias ocasiones me desperté recordando de manera difusa una melodía atronadora e impresionante... Despertaba como cuando sueñas algo realmente bonito pero, esa belleza era realidad y no sabía ponerle título! Luego repasaba toda la "discografía" que había dejado me acompañase durante la noche y cuando la encontraba era como reencontrarte con un amor del pasado al que ninguna de ambas partes renunció!

Tengo 2 casos claros de enamoramiento musical nocturno. El primero es más predecible por género y grupo... When Darkness Calls de Vader


Había escuchado decenas de veces el Revelations... pero como dije anteriormente, oí que no escuché esta canción hasta una noche en plena Vigilia. Me encanta todo de ella, el principio pausado, TODOS los riffs, el silencio de 8 tiempos antes de un estallido... hasta los repetitivos solos de Vader!

El otro caso no puede ser más contrastado... Viene de cuando Erik era un bebé, hace 7 años... Compramos varios cds de música adaptada para niños pequeños. Uno se llamaba Sleepy Baby. Habían músicas tradicionales y clásicas adaptadas en tempo y sonoridad y, todo hay que decirlo, muy bien hecho. Mientras yo le daba los biberones nos relajábamos escuchando aquel disco. El pequeño grandote solía caer pronto, por lo cual no pasábamos de media audición. Llegó una noche en la que le costaba conciliar el sueño, quien sabe si en su particular vigilia lactante, y yo, más dormido que despierto decidí prepararle alimento y dárselo escuchando de nuevo aquellos temas...

...Al día siguiente me levanté con una sensación extraña... con una melodía difuminada y, a decir verdad, no sabía si era algo de la noche anterior o de alguna otra trasnochada oportunidad. Le di una vuelta completa a Sleppy Baby y la encontré. Una versión muy muy bonita de un clásico que desconocía totalmente: Pavane, de Gabriel Fauré. Os dejo aquí una versión que me encanta, magistralmente tocada a la guitarra clásica... y sigo contándoos luego.


Desde aquel día no importaba que Erik estuviese ya dormido... yo esperaba a Pavane con mi pequeño dormido en brazos. A veces me levantaba y lo mecía como bailando muy despacio mientras me dejaba llevar por una música tan... no se me ocurre un adjetivo adecuado...

Algunas veces, ya años después, necesito ponérmela a solas de vez en cuando y teletransportarme a una de esas noches de vigilia, en espera de que, como en ellas, se me esclarezca la mente.


2 comentarios:

  1. Vaya, que diferencia entre ambas músicas y que geniales las dos... En mi caso es raro no despertarme con alguna melodía (con o sin letra) a la que voy dándole vueltas desde los primeros momentos del nuevo día y que suele determinar el disco de escucha principal de ese día: aunque escuche otras cosas, todos los días tengo un disco seleccionado que me pongo al final de la jornada y que cuenta para mí como "disco del día" o algo así...
    Yo, por desgracia, no tengo esas vigilias tan chulas: o bien caigo como un tronco o me pongo a dar vueltas a pensamientos casi siempre bastante agobiantes, sin que ninguna revelación o reflexión lúcida venga en mi auxilio: afortunado que eres!!!
    Un abrazo!!! Wassail!!!

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    1. Alex, no todas mis vigilias son igual de espléndidas, no te creas! Pero los momentos mágicos, sean musicales o no, vividos gracias a ellas, no tienen precio! Gracias por pasarte y comentar la entrada posiblemente menos leída de la historia del Blog!

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