Vistas de página en total

jueves, 5 de julio de 2018

UN MIÉRCOLES QUE CAE EN JUEVES...Y LA TRISTEZA DE LO QUE NO FUÉ

Tres semanas sin visitar mi cuaderno de bitácoras... y ni tengo la decencia de hacerlo en el miércoles de rigor...

No estoy precisamente contento... más bien todo lo contrario, así que no esperéis una entrada divertida.



No hablo mucho de ello, pero en la familia estamos llevando un año muy duro... Hace unos meses, a finales del pasado año, una de las personas que más quiero decidió arriesgarse y hacer en cambio en su vida laboral. Era una apuesta arriesgada, como aquella que hice yo hace 6 años, cuando dejé un puesto de trabajo en el cual llevaba una década, donde estaba muy bien considerado y respetado y, también hay que decirlo, un muy buen salario. Pensando aquello de que el dinero no hace la felicidad lo dejé voluntariamente para irme a otro mucho peor remunerado pero con, a priori, un buen horario. Tuve que empezar de cero y sabía que tenía que ganarme de nuevo ese status de persona de referencia que dejaba voluntariamente... Recuerdo como si fuese hoy una noche de 50 series en subida marchando durante la que decidía aceptar aquel nuevo puesto para cambiar de opinión en la siguiente acometida a la rampa... Finalmente acepté el desafío...

… Tenía la ilusión de que, muchos años después, les explicaría a nuestros hijos que hubo un día en el que el Papa fue muy valiente y se arriesgó para poder estar más tiempo con ellos, y que mirasen lo bien que me había salido... No fue así. Nunca me gané el respeto de nadie, pues la gente necia desconoce lo que es el respeto. Mis compañeros de trabajo, salvo 2 o 3 excepciones, lo único que tenía de "compañero" era compartir empresa. Tanto escuchar lo bien que todos harían mi trabajo si estuviesen me hizo pensar que sería cierto, y si no hubiese sido por la Marcha Atlética mi autoestima no lo hubiese resistido. Finalmente, como ya estáis hartos de que mencione, fui despedido por una externalización de servicios, ya que todo el mobbing al que fui sometido no les valía de nada...

Volvemos a hace unos meses. Mi mujer también hizo un cambio similar. Estaba en esos meses de paro a los que ya está acostumbrada entre proyecto y proyecto y decidió aceptar una oferta a media jornada, aparentemente con un trabajo sencillo. Lo que ella quería y necesitaba era un poco de tranquilidad y poder estar más con los niños. Recuerdo toda la ilusión que tenía antes de empezar. El lugar de trabajo estaba relativamente cerca de casa. Un día fuimos caminando juntos y en menos de hora y media allá que nos plantamos. Cuando volvíamos ella explicada emocionada como usaría algunos días de la semana para ir y volver con sus bastones de nordic walking, como podría recoger a los niños a la salida del colegio... Las condiciones económicas no eran nada del otro mundo pero, de nuevo, no buscábamos eso...

… casi empezando su nueva etapa y tras un par de días haciendo uso de sus bastones, le dijeron que el calzado que usaba no era el adecuado a su puesto... casi al mismo tiempo que en el hospital nos decían que lo del oído de Erik no era un problema menor sino un tumor... Apenas seccionaron un 82% de la audición de mi hijo le pasaron a jornada completa, con lo que la ventaja del horario se fue por el mismo camino que sus caminatas perdidas. Además, oh sorpresa, empezaron a hacerle saber que todos los anteriores lugares de trabajo por donde ella había pasado estaban equivocados. Si! La tenían en la mejor consideración en todos ellos, y de vez en cuando seguía recibiendo llamadas de exjefes para saber si estaba disponible... Equivocados! Resulta que no, que era una inútil, al igual que yo en mi anterior puesto! Y, también como yo, ella empezó a convencerse de que tal vez tenían razón. Lo peor ha sido ver en ella a un reflejo de mi hace pocos años, cuando todo el mal humor que traía lo pagaba con quienes no tenían ninguna culpa... con aquellos por quien ambos aceptamos puestos "peores"....

Sé que es algo transitorio, pues en cuanto ella quiera puede aceptar una de esas llamadas y dejar la patética esfera de perfección en la que se metió sin saberlo, al igual que yo conseguí convertirme en profesor de, mira tú por donde, aquello de lo que era tan inepto a ojos de algunos... pero no dejo de sentir una profunda tristeza al recordar aquello que nunca llegó a ser, y al recordar ir de la mano de Vanesa con otra hora y media de camino por delante, mirando su cara sonriente mientras el sol nos daba en la cara en la montaña de Montcada. La añoranza de lo que nunca fue...

4 comentarios:

  1. Hola a los dos!
    Yo ya hace tiempo que tengo claras cuáles son mis prioridades: el trabajo es eso, una forma de subsistencia y la vida está fuera.
    Que vuestra autoestima no se vea ni un pelo afectada por seres amargados, que no tienen nada más que el trabajo en este mundo individualista y competitivo.
    Y disfrutad de lo que tenéis, que es increíble, tan solo miraros una se da cuenta de cómo os queréis y eso ESO sí que vale!
    Molts petonssssss

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas muchísimas y muchísimas gracias por tus palabras! Todos en mayor o menor medida sabemos que esas deben ser las prioridades pero a veces es difícil interiorizarlas. Por fortuna luego escuchas los comentarios de la gente que piensa con la cabeza y no con la vesícula biliar y te reconforta.


    Molts petons!

    ResponderEliminar
  3. Pues totalmente de acuerdo con lo que dice Te de llimona: el trabajo es tan solo algo que nos proporciona dinero para vivir, al fin y al cabo. Tan solo unos pocos afortunados disfrutan de verdad con lo que hacen para ganarse la vida, y esos disfrutan tanto que, probablemente, no tengan otra vida más allá del trabajo...
    Nosotros estamos pasando también por una reconversión laboral, bueno, en realidad, desde que nos volvimos de Madrid yo he estado siempre en proceso de llegar a algo que no llega y Fani, desde hace casi dos años ya, anda de batallas legales por un caso de acoso laboral que aún no se ha resuelto y que empezó, fíjate tu que casualidad, cuando la hija de su jefa empezó a tener posibilidades de ocupar su puesto... Por si te sirve de consuelo ;-)
    Mucho ánimo y a seguir adelante. Lo verdaderamente importante son los pequeños, al resto que le den...
    Un abrazo!!! Wassail!!!

    ResponderEliminar
  4. Cierto Álex. Pero como bien sabes, cuando uno está atrincherado para resguardarse de una lluvia de balas no es tan fácil. No hace falta que te explique mucho porque, por desgracia, lo sabéis de primera mano... Un abrazo! Wassail!!!

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.