EL PEOR TEMOR DE LOS PADRES...

No hace falta que os lo diga pero, si entráis en el Blog buscando un interesantísimo artículo sobre miedos fundados o infundados de la paternidad/maternidad, éste no es vuestro artículo pues ni trata sobre eso ni es interesantísimo, ni interesante, ni nada de nada...



… y es que el despropósito de hoy viene de una serie de dibujos animados que estábamos viendo este mediodía. Perdida mi batalla por las noticias mis hijos contemplaban una serie/parodia de unos súper héroes de cómic. En ella sucedía un hecho bastante absurdo. Uno de los cabecillas de la banda explicaba al resto de enmascarados la importancia de la higiene personal y una de las chicas le mostraba sus manos perfectamente lavadas. Explicaba que el motivo de su higiene no era el pensar en la salud sino en que... qué pasaría si un día aparecía una malvada bruja, la hechizaba durmiéndola eternamente y, cuando apareciese el príncipe de turno a besarle la mano y despertarla la tenía sucia?

Primero pensé en que la súper heroína era de lo más retorcida pero acto seguido recordé algo más intrincado e inescrutable que los caminos de nuestro señor Chisuscrais… Un miedo ancestral de los padres de la generación de los míos para con sus hijos...

… Confirmádmelo pero vamos, no me digáis que nunca fuisteis objeto de ese pavor y éste os era transmitido antes de salir de casa: "Hijo mío, llevas los calzoncillos limpios? Imagínate que tienes un accidente y el médico te encuentra con ellos sucios!!!"

Aquí es cuando la teoría de la Bruja, la súper heroína hechizada, el Príncipe y la higiene manual se vuelve de lo más cabal! De verdad ese es el principal problema de un posible atropello/caída de maceta en la cabeza/encuentro con una panda de Skin Heads/entrega de un flyer de VOX? La limpieza de la ropa interior de un hijo? Parece que si!

Imaginad la situación y, como siempre, creo que poniendo una conversación a modo de ejemplo todo se hace más tangible:

MÉDICO (al que abreviaremos como ME): Señora madre de Alberto?
MAMÁ (a la que abreviaremos como MA): La misma.
ME: Verá, no se asuste... está sentada?
MA: Ahora si...
ME: Es cómoda la silla?
MA: Qué silla?
ME: Bueno... la silla no es lo importante...
MA: Antes estaba asustada... ahora estoy muy asustada, qué pasa?
ME: Verá, soy el Doctor-Coronel Brutus, cirujano accidentólogo del Hospital Militar del Descanso Perpetuo...
MA: Doctor... qué pasa? Le ha sucedido algo a mi hijo?
ME: Alberto ha sido ingresado hace 2 horas tras sufrir un atropello... no sabemos como sucedió, pero se metió en el Cuartel del Bruc, le quitó el freno de mano al tanque Leopard en exhibición, y al salir huyendo de 2 Sargentos bastante pasados de peso el tanque se movió y le pasó por encima...
MA: Noooooooooooo!!!! Ha muerto?
ME: No Señora, tranquila... pensábamos que pasaría a formar parte de la historia de la numismática pero milagrosamente está íntegro...
MA: Integro? Vivo quiere decir...
ME: No Señora... aparte de haberle tenido que cortar las greñas (no hacía falta pero así nos la gastamos en el ejército con los Heavies) y las uñas de los pies, está totalmente ileso pero...
MA: Lo sabía, hay un pero! Ha quedado vegetativo?
ME: Negativo Señora... está consciente y pidiendo por su alta pero...
MA: y dale con el pero! Qué pasa?
ME: Entró al Hospital inconsciente y al inspeccionarle... Señora... usted le ha hablado a su hijo de la higiene personal?
MA: Qué?
ME: Señora... se lo diré sin rodeos... Su hijo llevaba los calzones con marcas de derrape, y no me refiero a las orugas del Leopard… Llevaba más palomino en el calzón que la jaula de mi Canario... Puede que su hijo esté vivo e ileso... pero su expediente ciudadano quedará manchado de … bueno... manchado de por vida.
MA: …
ME: Señora?
MA:...……
ME: Señora, está usted ahí?
MA: Doctor... No puede hacer usted la vista gorda? Yo no tengo la culpa! Siempre se lo digo pero ya sabe... los chicos... soy inocente, Doctor!


Pero... imaginemos otro ejemplo similar!

MÉDICO (al que abreviaremos como ME): Señora madre de Alberto?

MAMÁ (a la que abreviaremos como MA): La misma.

ME: Verá, no se asuste... está sentada?

MA: Ahora si...

ME: Es cómoda la silla?

MA: Qué silla?

ME: Bueno... la silla no es lo importante...

MA: Antes estaba asustada... ahora estoy muy asustada, qué pasa?

ME: Verá, soy el Doctor-Coronel Brutus, cirujano accidentólogo del Hospital Militar del Descanso Perpetuo...

MA: Doctor... qué pasa? Le ha sucedido algo a mi hijo?

ME: Alberto ha sido ingresado hace 2 horas tras sufrir un atropello... no sabemos como sucedió, pero se metió en el Cuartel del Bruc, le quitó el freno de mano al tanque Leopard en exhibición, y al salir huyendo de 2 Sargentos bastante pasados de peso el tanque se movió y le pasó por encima...

MA: Noooooooooooo!!!! Está bien?

ME: Señora... 59.7 toneladas de metal le han pasado por encima... Claro que no lo está! pero...

MA: Pero? Menos mal que hay un pero!!! Hay alguna esperanza?

ME: No Señora, pero quería comunicarle algo que tal vez le alivie...

MA: Qué puede aliviarme ahora, desalmado?

ME: Una vez fregado a su hijo del patio del cuartel recogimos sus ropas para enviárselas a usted y he decirle que Alberto llevaba los calzoncillos en perfecto estado de revista...!

MA: Doctor... que Dios se lo pague! Ya me quedo más tranquila!

Desconozco si ese ritual sigue vigente en la maternidad/paternidad actual! Esa zurraspafobia progenitora es realmente el terror de los padres cuando una hija o un hijo sale de casa? Es más importante la vida del vástago o la presencia de costras en su ropa íntima?

… tanto meditar sobre ello y me lo estoy pensado... Hasta aquí el post de hoy! Mis hijos acaban de entrar en el comedor y he de proceder a inspección...